Mackenzie Scott se convirtió en la mujer más rica del mundo, pero el título le duró unos pocos días. Se trata de la ex esposa de Jeff Bezos, el CEO de Amazon, quien en el divorcio se quedó con cuarta parte de las acciones de la compañía cuyo valor fue en ascenso todo el año. En medio del aumento de su fortuna, decidió donar una buena parte a diversas ONG.
El valor de Amazon en la bolsa creció casi un 72% en lo que va de año, lo que impulsó el patrimonio neto de su ex marido, pero también el de ella. Así llegó a sobrepasar a la histórica fortuna de Francoise Bettencourt, la heredera de la firma de cosméticos L’Óreal.
Entonces, Scott decidió empezar a donar dinero hasta que su «caja fuerte esté vacía», según sus palabras. Así fue que empezó a disminuir su patrimonio y fue bajando en el ranking de las más ricas rápidamente. «El año pasado me comprometí a devolver la mayor parte de mi riqueza a la sociedad que me ha ayudado a generarla», contó.
«No tengo dudas de que la riqueza personal de cualquiera es producto de un esfuerzo colectivo y de estructuras sociales que presentan oportunidades para algunas personas y obstáculos para muchas otras», señaló tras suscribir la iniciativa Giving Pledge en 2019. La misma fue fundada por Warren Buffett y Bill y Melinda Gates y seguida por más de 200 fortunas globales, lo que hace es alentar a las personas más ricas del mundo a dedicar la mayor parte de su riqueza a causas benéficas.
En julio, Scott reveló que ya había donado unos US$1.700 millones a 116 organizaciones que incluían cuatro colegios y universidades históricamente negros. Además, en los últimos 4 meses ha repartido unos US$4.200 millones a bancos de alimentos y fondos de ayuda de emergencia.
«Esta pandemia ha sido como una bola de demolición en las vidas de los estadounidenses que ya estaban pasándolo mal», escribió en un blog. Es por esto que eligió más de 380 organizaciones benéficas a las que donar parte de su riqueza, tras un análisis de gran cantidad de proyectos.