Por Dra. Andrea M. Quinteiro Retamar, Especialista en Medicina Reproductiva y en Ginecología de CEGYR –MN 123949
La vida actual nos demanda muchas cosas, y una de ellas es pensar en nuestra planificación familiar; ya sea tomando la decisión de tener hijos, postergar la maternidad o definir no tenerlos. Todo esto está culturalmente aceptado, y requiere un compromiso de nuestra parte para llevarlo a cabo. De ahí devienen las preguntas, ¿cómo puedo conocer mi capital reproductivo? ¿Hay formas de medirlo? ¿Puedo predecir la posibilidad de tener hijos a futuro? La inteligencia artificial ha venido a colaborar en la toma de decisiones en el marco de la reproducción asistida, permitiéndonos predecir la respuesta a una estimulación, brindándonos información sobre la calidad de los óvulos y los posibles resultados reproductivos que tendríamos con ellos, evaluar el desarrollo de los embriones generados en el laboratorio y analizarlos genéticamente para mejorar las chances de embarazo; pero sin llegar tan lejos, hay parámetros básicos y cotidianos que nos colaboran en este aspecto, uno de ellos es la FSH (hormona folículo estimulante).
La FSH es una hormona, gonadotrofina, secretada por hipófisis, una glándula alojada en el cerebro y su función es regular el ciclo reproductivo, tanto en hombres como en mujeres. En la mujer tiene como objetivo principal estimular el desarrollo de folículos ováricos, para que maduren los óvulos que hay en su interior, y regular el ciclo menstrual. La medición de esta hormona es uno de los indicadores que se tiene en cuenta para conocer el estado de la reserva ovárica, y su funcionalidad, y se mide en los días iniciales del ciclo menstrual. Los valores alterados podrían estar acompañados de irregularidad menstrual, lo que llevaría a pensar en una reserva ovárica comprometida. Dado que no es el único factor a evaluar, debe estar acompañado de un perfil hormonal completo y una evaluación ecografía de los folículos ováricos, para conocer el escenario actual de la reserva ovárica y evaluar los pasos a seguir. El momento del ciclo en que se realizan los estudios así como la tecnología utilizada son de suma relevancia, a la hora de evaluar los resultados y tomar decisiones.
La funcionalidad de la FSH puede potenciarse utilizando medicación oral para favorecer la ovulación espontánea y regulada, en el contexto de un tratamiento básico, con poca complejidad. Su utilización estará recomendada por el médico especialista, una vez evaluado el caso individual. También puede requerirse la utilización de FSH exógena, dentro de medicaciones inyectables que se utilizan en los tratamientos más complejos de fertilización asistida para generar embriones o congelar óvulos. Entonces… sabemos que hay medicaciones que permiten mejorar la funcionalidad y respuesta de los ovarios, pero ¿qué más podemos hacer para mejorar nuestro potencial reproductivo? Los hábitos saludables van a influir de manera beneficiosa en nuestra planificación.
El mantenimiento de un peso adecuado con una dieta variada, no restrictiva, que permita la incorporación de nutrientes y minerales, acorde a nuestras necesidades, acompañada de ejercicio continuo y constante, nos permitirá mejorar el funcionamiento de nuestro sistema endocrino. No esta demás recurrir a un especialista que no guíe, evaluando la necesidad de estudios específicos de nutrigenómica, en caso de ser necesarios, para contar con una alimentación personalizada a nuestros requerimientos; así como en el seguimiento de la dieta para que la misma sea útil y efectiva. Reducir los niveles de estrés y dormir lo suficiente contribuirá de manera beneficiosa, así como evitar los excesos y hábitos tóxicos como el alcohol, el tabaco y otras adicciones.
El asesoramiento y la planificación es clave a la hora de sopesar nuestro futuro reproductivo y es importante que nos ocupemos de él, así como del resto de nuestro estado clínico. Es una parte más a tener en cuenta y al día de hoy se cuentan con muchas herramientas, recurso y tecnológicas que nos colaboran y nos ayudan a tomar buenas decisiones.
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