Mujeres que marcaron huellas

Amelia Earhart: dejando una estela en el cielo hasta desaparecer


Se cumple un nuevo aniversario de su desparición ya que el 2 de julio de 1937 se perdió todo rastro de ella cuando sobrevolaba el Océano Pacífico. El 24 del mismo mes iba a cumplir 40 años.

El 18 de junio del año 1928, la aviadora estadounidense Amelia Earhart se convirtió en la primera mujer de la historia en cruzar el Océano Atlántico a bordo de un avión. Al mando de un trimotor Fokker Frienship, llegó a Burry Port en Gales, junto al otro piloto Wilme Stultz, y el técnico Louis Gordon.

Audaz, apasionada, dueña de una gran personalidad, nada la detuvo en su afán de volar. Fue un símbolo de libertad y su propósito la llevó hasta la inesperada consecuencia de su desaparición al querer intentar el primer viaje aéreo alrededor del mundo sobre la línea ecuatorial. El 2 de julio de 1937 se perdió todo rastro de ella cuando sobrevolaba el Océano Pacífico. El 24 del mismo mes iba a cumplir 40 años.

Sus abuelos maternos fueron los principales compañeros de su infancia, dándole una vida llena de comodidades, sin embargo, Amelia mostraba un carácter inquieto y se involucraba en actividades propias de los varones, le gustaba escalar árboles, andar en trineo y sabía utilizar un rifle con el que disparaba a las ratas.

Llegó  la Primera Guerra Mundial y junto a su hermana Muriel se enroló como voluntaria en labores de enfermería  en Canadá, adonde atendió a los pilotos heridos en combate. Aprovechó esta ocasión para visitar un campo del Cuerpo Aéreo Real. Y luego reconoció que fue allí donde terminó «picada por el gusanillo de la aviación».

En el año 1920, en un espectáculo que se desarrollaba en Long Beach consiguió que la llevaran a bordo de un biplano y voló durante diez minutos sobre Los Ángeles.  Al terminar esta experiencia sus palabras fueron: “Tan pronto como despegamos sabía que tendría que volar de ahora en adelante”. Sus primeras clases la obtuvo con otra pionera de la aviación, Anita Snook, logró adquirir un aeroplano Kinner al que llamó “el canario”. En octubre de 1922 consiguió su primer récord , vuela a 14000 pies de altura y al año siguiente de altitud al volar a 14 000 pies (4267 metros) de altura y en 1923 obtuvo la licencia de piloto de la Federación Aeronáutica Internacional.

Durante un período de su vida deja la aviación y compra un automóvil, al que puso el sobrenombre de «The Yellow Peril» (‘el peligro amarillo’), en el mismo llevó a su madre a través del país rumbo a Boston, en ese tiempo  los automotores eran una novedad y la gente se acercaba a ella para preguntarle de dónde venía.

En abril de 1928, una llamada cambiaría su vida: el capitán H.H. Railey le preguntó si quería ser la primera mujer en cruzar el Océano Atlántico, cosa que aceptó gustosa y este vuelo se llevó a cabo en la nave llamada Friendship (amistad). Cuatro años después decide que quiere hacer este vuelo sola y lo logra, puesto que no tomaba café o té, Amelia se mantenía despierta oliendo sales. Sólo llevaba un termo con sopa y una lata de jugo de tomate. Su fama crecía y no se daba tregua en su afán de ir por más.

Comunicó a su esposo que iba a emprender la vuelta al mundo, hazaña que la convirtió en mito y que comenzó el 21 de mayo de 1937, a bordo de un Lockheed Electra. Lamentablemente, el destino le tenía reservado un trágico final. Tras recorrer 22.000 millas, y a sólo 7.000 para completar el desafío, su avión desapareció en el Océano Pacífico. El presidente Roosevelt ordenó su búsqueda con 9 barcos y 66 aviones, en una operación cuyo coste alcanzó los cuatro millones de dólares de la época. Nunca la encontraron.

Su vida en una película

Amelia es el título del film que muestra las hazañas de la legendaria piloto, interpretada magistralmente por Hilary Swank. En la película se destaca la influencia que esta mujer en otras personalidades de la época, como por ejemplo en la Primera Dama, Eleanor Rooselvet. También se da fundamental importancia a su relación con George Putnam, un magnate de la industria editorial que fue el gran amor de su vida, interpretado por Richard Gere.

 

Uno de los pasatiempos de Amelia desde su niñez, era coleccionar recortes de diarios donde aparecían relatos acerca de mujeres famosas que habían sobresalido por realizar actividades que, generalmente, estaban vinculadas con el sexo masculino. No se imaginaba en aquel entonces que su nombre iba a pasar a formar parte de esa lista.