Una chef japonesa revoluciona Madrid con su restaurante LeClab, referente de la cocina kaisaki, que según explicó “está unida a la ceremonia del té y sigue la regla del 5: cinco sabores, cinco colores y cinco formas de cocinar”. Entrevistada por medios españoles contó que llegó a España atraída por los trajes de los toreros y afirmó “En mi país la mujer sólo puede servir, no cocinar”.
Yoko Hasei (47) es la única mujer referente de la cocina kaiseki en España, y una de las pocas del mundo. En su país, el trabajo de chef es cosa de hombres y en la cocina ancestral y ceremonial que suponen estos platos, aún más.
“Se considera un trabajo muy duro. En la cocina kaiseki lo más importante es el agua. Antiguamente, en el mejor restaurante de cocina kaiseki en Kioto, se subía a las cinco de la mañana a una montaña cada día a coger agua de un manantial. Así que este trabajo se consideraba de hombres y las mujeres, como geishas, sólo podían servir las mesas. La cocina sigue siendo bastante machista”, reconoció Hasei.
Además de hablar español perfectamente, la chef maneja cuatro idiomas más. “Desde pequeña me gustaba mucho cocinar. Una de mis aficiones era preparar la comida o la cena a mis padres y a mis amigas. Y ellos me animaban a abrir un restaurante, aunque no fuera de comida japonesa. Pero no me veía como profesional en ese momento”, indicó.
Sin embargo, Yoko Hasei siempre supo que su destino iba a ser el que ella misma se forjara y no el que impone una tradición donde básicamente sólo se puede ser madre y esposa en la vida. “Cuando yo empecé a estudiar una carrera de cuatro años, las mujeres no lo hacían porque si estudiábamos cuatro años tardábamos en casarnos y en tener hijos. Incluso luego cuesta mucho trabajo conseguir un empleo”, explicó.
“En Japón se decía que la mejor oferta de trabajo era una propuesta de matrimonio”, dijo la chef. Cuando ya se casan y tienen hijos, es todavía más difícil que se incorporen al mercado laboral porque tienen que cuidarlos. «Ahora están cambiando las cosas pero en mi época aún era así… ¡Así que ninguna mujer querría ser chef, con esos horarios!», recordó.
Hasei estudió moda en la Universidad de París e incluso llegó a entrar como aprendiz en el taller de Christian Lacroix. “Era otra de las cosas que me gustaba desde pequeña y me interesaba para salir de Japón”, reconoció.
Llegó a España en 2010 y sobre su arribo, dijo: “Al llegar me di cuenta de que me gustaban los toros y la comida… Para decidir que te quedas a vivir en un país es muy importante la comida. En España y en Japón, comemos un poco de todo: pescado, carne, arroz, verdura y legumbres. Claro que en Japón no tenemos tanto aceite de oliva… Aunque ahora hay uno japonés que sale de una isla que fue repoblada en los años 70 con muchos olivos provenientes de España que compró el Gobierno de Japón. Pero no es como el de aquí”.
Una vez que decidió que se quedaba en Madrid, la hostelería se abrió como una experiencia profesional posible: “Primero monté una coctelería que fue un fracaso porque no estaba bien elegida ni la situación ni el momento. Y luego ya empecé a trabajar en un restaurante japonés, como jefa de sala”. Y de ahí a manejar la ‘Terraza Cibeles’, en el edificio del Ayuntamiento de Madrid, o el club de mujeres ‘Alma Sensai’, también en la capital.
Sin embargo, su ascenso se truncó cuando llegó la pandemia y la hostelería tuvo que cerrar. Fue en ese momento cuando surgió la oportunidad. “Algunos clientes habituales de donde trabajaba me empezaron a proponer hacer una cena en su casa, con invitados. Y lo convertí en una especie de catering, que gustó muchísimo. Así que me animé a montar este restaurante”, comentó.