Verónica Ibarra es una joven mendocina cuya historia se viralizó en el último tiempo. Ante la necesidad de trabajar, hace unos cinco años empezó a realizar tareas como albañil. Desafiando estereotipos y abriéndose camino a pesar de los prejuicios, actualmente es una de las más buscadas en su área.
«Fue por falta de trabajo, antes me dedicaba a la gastronomía. Desde chica adquirí conocimientos, trabajé como ayudante y después me fui capacitando en diferentes técnicas», contó al portal local Los Andes. «Al principio fue bastante difícil justamente en esta provincia y en este país cabeza de termo», comentó la godoycruceña de 32 años. A lo que añadió: «Los hombre no llamaban ni para pedir presupuesto y las mujeres, que por ahí dependían de la decisión de sus parejas, no se animaban».
Poco a poco fue conseguiendo más y más trabajo: «Al principio fue mucho con mamás solteras y señoras mayores». «Me senté un día y me lo replanteé. Me dije ´yo estoy totalmente capacitada para hacer esto´ y me mandé», reveló. Ahora se dedica a la instalación de cerámica y la construcción en seco.
«Me capacité por mis propios medios. Me gusta que mis trabajos se destaquen por el profesionalismo y la prolijidad. Tengo mucho cuidado con los detalles, que es lo que más requiere el trabajo de cerámica por ejemplo», aseguró.
Los trabajos empezaron a ser cada vez más y mayores: «El primero grande que tuve fue la remodelación de un departamento en el Centro. Siempre me llamaban por un baño, una canilla rota, cositas chiquitas que iban sumando». «Esto fue hace como un año y medio. Ahora ese cliente me volvió a llamar para hacer la remodelación de otro departamento», indicó.
Así, a base de esfuerzo y dedicación, Verónica sigue su rumbo en el sector de la construcción. Más allá de los prejuicios, su trabajo habla por ella. La vuelvan a contactar clientes que ya la contrataron y la recomiendan para ir consiguiendo más. Su historia es un claro ejemplo de que todo se puede lograr con voluntad.