Por Ivana Rugini
La escritora Magela Demarco nos sorprende nuevamente con su libro “Un pelo de monstruo”, como una herramienta valiosa para trabajar el acoso, el maltrato y la discriminación dentro del ámbito escolar (y fuera también).
Con un toque de humor, cuenta que Joaquín no quiere ir al colegio porque hay un compañero que le pega; que su familia ya está al tanto de lo que pasa y las notitas en el cuaderno de comunicados van y vienen entre su mamá y la maestra, pero esta “acción” no evita que Vicente le siga pegando. Esta idea en un libro infantil interpela a los adultos que son mediadores de la lectura con los niños, porque nos toca las fibras más internas. Si hemos transitado situaciones similares, reflotará el recuerdo de una época donde había que “aguantársela”, “porque es cosa de chicos”, “porque tenés que hacerte fuerte”, “defenderte solo” o “porque eso siempre va a pasar…”.
Como adultos de hoy debemos repensar cómo reaccionamos ante lo que vive nuestro hijo, porque las notitas a la maestra no siempre son la solución al conflicto; y los docentes, cuyo deber principal es enseñar contenidos curriculares básicos, aportando un conocimiento común que equipare en bagaje cultural a los niños, cada vez tienen más “Vicentes” a su cargo impidiendo cumplir con lo estipulado.
El cuento da un giro cuando Joaquín logra solucionar el conflicto con su compañero, pero los problemas que plantea en sus líneas son necesarios abordarlos en profundidad como sociedad toda.
-Niños que agreden a otros.
-Padres que intervienen ante lo que le sucede a su hijo (la víctima) pero de una manera automática, no buscando otras posibilidades, no observando cuál sería el modo óptimo de hacerlo. Como si informar a la docente fuera suficiente para cumplir con su rol de madre/padre. Como si aconsejando que le pegue más fuerte terminaría totalmente con el problema.
-Un docente que debe cumplir con una currícula, pero la mayor cantidad de tiempo está atendiendo problemas de conducta y faltas de respeto. Aclaremos una obviedad: es tarea de los padres enseñar valores y modales. En la escuela se afianza el ejemplo que diariamente los chicos reciben de sus padres y mayores.
-Familias que se desentienden del comportamiento de su hijo, ya sea porque son padres que se infantilizan poniéndose a la altura del niño, siendo amigos en vez de ADULTOS RESPONSABLES, lo que lleva a tolerar y festejarle todo; o evitan el conflicto negando lo sucedido; o haciendo como que se hacen cargo sosteniendo: “ya le dije que no lo vuelva a hacer” …
El protagonista del cuento, Joaquín, recurre a la imaginación, una capacidad mental que se desarrolla cuando se la potencia con juegos simbólicos, juguetes, dibujos, historias, o sea, cuando hay mundo interior. Los niños de hoy, con tantas pantallas a su alcance, son espectadores más que hacedores y pensadores. Y si de pantallas hablamos, es necesario revisar qué ven nuestros niños y jóvenes porque al mirar pasivamente van perdiendo la capacidad de expresión, lo que conlleva a la frustración que invita a la agresión. Todo un círculo vicioso: malas palabras, malos tratos y golpes que contagian a más y más chicos porque es lo que conocen o porque si es tan masivo y aceptado, quiere decir que esa es la manera correcta de tratar a los demás…
Hay una frase que alguna vez leí y me sigue vibrando como verdad: “Muéstrenme un país de niños agresivos y os mostraré un país de padres pasivos”
Todo el tiempo estamos aprendiendo, también a ser madres y padres, así que si esta nota te resuena, te invito a leer el cuento y a trabajar en las habilidades sociales que no vienen con nosotros al nacer, se enseñan y se aprenden y son las siguientes:
-Comunicación efectiva
-Empatía
– Resolución de conflictos
-Negociación
-Trabajo en equipo
-Asertividad
-Manejo de emociones
-Adaptación social
Quizás estés atravesando la situación de los padres de Joaquín, o tal vez la de los padres de Vicente. Como sea, son dos niños que necesitan que sus padres cambien algo en su conducta, en su pensar y en su sentir. No te olvides de que sos su faro y repiten lo que te ven hacer. Empezá por vos y tu hijo reflejará tu cambio.
Con la escritora Magela Demarco nos acercamos a Colegios e Instituciones a dar talleres para niños, jóvenes y adultos sobre Habilidades Sociales.
Foto portada Magela Demarco y su libro
Fuente contarte.com