Por Laura de Grado
El legado de la escritora puertorriqueña Luisa Capetillo (1879-1922), una pionera del feminismo y de la lucha por los derechos laborales en Latinoamérica, revive en un nuevo cuento infantil que destaca uno de sus gestos más icónicos: usar pantalones en una época en la que las mujeres estaban obligadas a llevar faldas. Este acto de desobediencia, que hoy podría parecer trivial, fue en su tiempo una auténtica revolución que le valió ser juzgada por «escándalo público».
A través de esta historia titulada Los pantalones de Luisa, Susanna Isern, junto a las ilustraciones de Esther Gili, invita a las niñas y niños a cuestionar las convenciones sociales y a luchar contra las injusticias.
Con un estilo cercano y diálogos reveladores, la autora, reconocida por su enfoque en la igualdad de género en libros infantiles como Martina Futbolista y la saga Daniela Pirata, captura el espíritu audaz de Capetillo, presentando a una protagonista que, desde su niñez, ya se atrevía a desafiar lo que no consideraba justo.
El cuento, publicado por NubeOcho y recomendado a partir de los cinco años, ofrece una mirada refrescante sobre la lucha por la igualdad de género. Uno de los diálogos más reveladores refleja este espíritu rebelde.
Con este tipo de diálogos, Isern presenta a una protagonista valiente y decidida que, desde pequeña, entendió que las normas que discriminan no deben ser aceptadas sin más. La autora crea un espacio para que las nuevas generaciones se identifiquen con Luisa, cuestionen las injusticias y comprendan la importancia de luchar por sus derechos, sin importar lo que los demás piensen.
En 1915, Luisa Capetillo (1879-1922) fue arrestada en La Habana por vestir pantalones, un acto que escandalizó a la sociedad de la época. Sin embargo, fue absuelta porque no existía ninguna ley que prohibiera a las mujeres llevar pantalones.
La prensa de la época reaccionó con gran revuelo ante lo que consideraron un acto escandaloso. El periódico El Día de La Habana la describió como una «anarquista» que había provocado «escándalo público» al desafiar las convenciones de género, mientras que El Heraldo de Cuba tituló su cobertura como «El caso de la mujer con traje masculino en la corte correccional». Su arresto inspiró incluso una copla popular que decía: «Doña Luisa Capetillo, con razón o sin razón, ha armado tremendo lío con su falda pantalón».
Este episodio, que Isern recrea con sensibilidad en Los pantalones de Luisa, la consagró como una figura transgresora en su época.
La vida de Capetillo no se limitó a su icónica elección de vestimenta. Nacida en Puerto Rico de padre español y madre francesa, la anarquista y sindicalista fue una de las primeras mujeres en Latinoamérica en luchar abiertamente por los derechos de las mujeres y la clase trabajadora.
Desde su juventud, trabajó como lectora en fábricas de tabaco, donde leía en voz alta obras literarias y políticas a las trabajadoras, compartiendo con ellas las ideas de autores como Marx, Engels y Bakunin.
A lo largo de su vida, se convirtió en una defensora activa de los derechos laborales y participó en numerosas huelgas, incluida una histórica movilización de cuarenta mil trabajadores del azúcar en Puerto Rico para reclamar un aumento salarial. Además, escribió varios ensayos influyentes sobre la libertad de las mujeres, el amor libre y los derechos laborales. Su obra más conocida, Mi opinión sobre las libertades. Derechos y deberes de la mujer como compañera, madre y ser independiente (1911), es considerada un texto clave del feminismo latinoamericano.
Sin embargo, tras su muerte, su legado cayó rápidamente en el olvido, y pasaron años antes de que se reivindicara su contribución a la literatura y al feminismo. Hoy en día, como señala Luna Miguel en El coloquio de las perras, Luisa Capetillo es reconocida como parte fundamental del canon de escritoras latinoamericanas.
Fuente EFE (efeminista.com)
Portada del cuento infantil ‘Los pantalones de Luisa’, escrito por Susana Isern e ilustrado por Esther Gili. Foto: Nube Ocho