La epidemióloga estadounidense y toxicóloga Devra Davis integrante del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático que obtuvo el Premio Nobel de la Paz en 2007, apoyó la decisión adoptada por la ciudad fueguina de Ushuaia de prohibir las redes de comunicaciones 5G hasta que estudios científicos demuestren su inocuidad tanto para los seres humanos como para el medio ambiente.
La especialista en los efectos de la radiación inalámbrica sobre la salud humana y una de las expertas en cáncer más reconocidas del mundo, les envió un mail a miembros argentinos de la agrupación Ciudadanos Organizados para Regular las Telecomunicaciones (Corte) que promovieron la ordenanza de Tierra del Fuego restringiendo las radiaciones de 5G.
En ese texto, la autora del libro Disconnect (Desconectar) que revela los peligros del teléfono celular para la salud, «aplaude» la decisión adoptada por Ushuaia y por otros municipios argentinos como la Comuna de Lechmann (Santa Fe) y Azul (Buenos Aires).
«No se ha probado la seguridad del 5G antes de proponer una red generalizada. Las emisiones de las antenas 4G existentes no se controlan ni miden de forma rutinaria. Environmental Health Trust (la organización sin fines de lucro que preside) pide informes en tiempo real de las emisiones de campos electromagnéticos de las antenas existentes con tiempos promedio adecuados y una moratoria completa sobre 5G hasta que haya sido evaluado adecuadamente, de acuerdo con su legislación», escribió Davis, quien se enteró de la ordenanza en Ushuaia por un cable de Télam y sus repercusiones en medios norteamericanos.
La también autora de otros dos libros sobre peligros ambientales mencionó en su misiva que «la Comisión Internacional sobre los efectos biológicos de los campos electromagnéticos (CEM) y la Comisión de New Hampshire sobre 5G y otros grupos de expertos reconocen la necesidad de políticas que reduzcan la exposición y protejan especialmente a los niños, quienes soportarán las consecuencias (de las radiaciones) a lo largo de sus vidas».
Davis fue directora fundadora del Centro de Oncología Ambiental del Instituto del Cáncer de la Universidad de Pittsburgh y profesora de epidemiología en la Escuela de Graduados en Salud Pública de esa misma casa de estudios.
También ha trabajado en organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, realizando investigaciones y promoviendo los efectos de los pesticidas, el asbesto y la radiación inalámbrica en la salud humana.