TALLLERES DE LA EDUCACIÓN TÉCNICA: EL LUGAR PARA HACER


¿Cómo se enseña en una escuela técnica? ¿Qué se aprende? La Escuela Técnica Nº 468 (ex Nº 6) pensó que la mejor manera de responder a estas preguntas es mostrar cómo se trabaja en los talleres. Una buena oportunidad, además, para valorizar esta enseñanza vinculada con el hacer, con el trabajo. Eso sí, es una modalidad donde las mujeres representan el 30 por ciento de la matrícula, pero poco a poco se hacen lugar.

Un gran cartel escrito en letras blancas y con fondo celeste cuelga en el ingreso al taller de metalmecánica de la técnica de 1º de Mayo al 1.000. Dice: «No hay país soberano sin industrias. No hay industrias sin escuelas técnicas. No hay escuelas técnicas sin taller. No hay taller sin maestros de taller». Funciona como un principio orientador de cómo se trabaja en estos espacios, qué proyección se le da a lo que allí se aprende.

Para mostrar esa tarea diaria y sumar alumnos, el miércoles pasado la escuela realizó una exposición de trabajos. Asistieron familias, vecinos, chicos de los primeros años que deciden por estos días que orientación elegir (entre técnico en informática, técnico mecánico y técnico en equipos e instalaciones electromecánicas) y escuelas primarias de la zona. Una iniciativa coordinada por la jefa de los talleres de la Técnica Nº 468, Evangelina Chávez.

Por la tarde, se suma a la muestra un grupo de 7º grado de la Escuela Primaria Rivadavia. En el taller de carpintería, el maestro de este espacio les cuenta los secretos de un trabajo tan artesanal como creativo. Los chicos y chicas lo siguen atentos. Están acompañados por sus maestras de grado, Rosana Bidone y Graciela Gojman, que se dan la tarea de mostrarles distintas opciones de secundario. «Muchos ya han decidido qué seguir, pero otros todavía están buscando qué estudiar», comentan sobre una de las razones por las que comparten este recorrido. Pero también cómo lo que aprenden en distintas asignaturas, como las figuras geométricas o los cálculos matemáticos, cobran sentido en los talleres.

El mismo grupo escolar sigue luego su visita por los talleres de electricidad, metalmecánica, mecánica, laboratorios y los espacios de informática, especialmente preparados para la jornada abierta a la comunidad; en todos hay estudiantes que explican proyectos de propia creación donde aplican lo aprendido en clase. Es cuando los talleres cobran vida.

Compromiso docente

Los estudiantes de los últimos años también ofician de guía en este recorrido, entre ellos están Alexis Poiré, Vladimir Cruz Pardo y Nicolás Alvarez, de 5º año. En un breve intercambio con LaCapital, aseguran que la educación técnica ofrece una buena formación para el trabajo. Y que asistir doble turno escolar no es un problema ni resulta tedioso cuando están conformes con lo elegido.

La escuela también se preocupa por mostrar los logros que se vuelven noticia. Como el proyecto que explica Valentín Bussolini, un alumno de 2º año, sobre luces de emergencia alimentadas por un panel solar, y que fue recientemente distinguido por el Conicet Rosario, en el certamen Concursol.

La vicedirectora Liliana Beros describe que por las aulas de la Técnica Nº 468 Ingeniero Luis Laporte todos los días pasan 700 estudiantes repartidos en los tres turnos que ofrece. «Hay un trabajo de mucho compromiso de los docentes», dice para destacar otro pilar en el que la escuela se apoya en su tarea cotidiana.

Presencia de mujeres

En el taller de mecánica, está trabajando Katherina Ullúa, una alumna de primer año, que se expresa satisfecha con los estudios elegidos. La presencia de las mujeres en las escuelas técnicas es todavía un desafío a lograr. En la Técnica Nº 468 representan el 30 por ciento de la matrícula total de alumnos. Una proyección que se da también a nivel provincial, si se considera que de los 52.323 estudiantes que cursan en una escuela técnica, 17.267 mil son mujeres, según datos aportados por el Ministerio de Educación de Santa Fe.

«¿Una mujer jefa de taller?», preguntó un padre asombrado por el cargo que ocupa Evangelina. «Estoy aquí porque el escalafón me permitió estar», dice la profesora, técnica en informática, sin buscarle más vueltas a la respuesta. «Al venir del área de informática, pensé que me serían ajenos los talleres de mecánica o metalmecánica, pero no. Voy a aprendiendo mucho con los maestros de taller, que me explican, me enseñan y me ayudan. Una clave es trabajar en conjunto. No tengo que saber de todo, sino apoyarme en los conocimientos de quienes trabajan conmigo», describe su trabajo.

Dice que todavía pesan los prejuicios de pensar que una escuela técnica no es para las chicas. «La escuela técnica ha sido una construcción fuertemente patriarcal y se asoció siempre al trabajo en la fábrica, en la industria, donde los hombres tenían mayor presencia que los mujeres», repasa al tiempo que celebra que en los primeros años aumente la matrícula de estudiantes que eligen esta modalidad.

Pensamiento crítico

Evangelina Chávez opina que además de abrir oportunidades sin diferencia de género, una de las metas de esta enseñanza es la preparación de ciudadanos con autonomía de pensamientos, y que se perciban cada vez más como mejores trabajadores: «Como escuela técnica no solo tenemos que formar trabajadores, operarios, sino ciudadanos con pensamiento crítico que sepan trabajar, que lo hagan bien y que aprendan a hacerlo cada vez mejor. Una de las cosas fundamentales para esto es el taller y también la teoría».

En su mirada, la educación técnica se apoya en los pilares del hacer, el saber hacer y el aprender haciendo. «Es muy de acción, de involucrase, de hacer e investigar. Históricamente se han separado teoría y práctica, pero hay que pensarlas juntas para lograr un conocimiento de las cosas, para construir conocimiento», se entusiasma hablando de lo que la escuela ofrece a los adolescentes y jóvenes.

«Los chicos pasan mucho tiempo en la escuela y en el taller. Queremos que se vea que los chicos hacen, producen en los talleres, están cuidados y estén contenidos», invita.

La ley de educación técnico profesional (26.058) sancionada en 2005 es la que regula y organiza la vida de estas escuelas. La norma considera a esta enseñanza como un derecho, que se concreta «a través de procesos educativos, sistemáticos y permanentes».

Por: Marcela Isaías

Fuente: La Capital