El popular y reconocido artista de la canción iberoamericana Joan Manuel Serrat confirmó este sábado la fecha de su escala en Argentina en el marco de «El vicio de cantar 1956-2022», la gira mundial con la que se despedirá de los escenarios, con un show que tendrá lugar en el Movistar Arena del barrio porteño de Villa Crespo el 19 de noviembre del año próximo.
Se trata del tour que se dio a conocer el jueves 2 de diciembre, cuando el catalán, autor de clásicos como «Sinceramente tuyo» y «Lucía», anunció que esa manera de retirarse de las presentaciones en vivo le permitiría decirle adiós a su público «en persona».
«No me gustó sentirme despedido por una plaga», dijo al diario El País de España en relación al estallido de la pandemia de coronavirus, que lo obligó a permanecer inactivo desde los inicios de 2020.
En ese sentido, el trovador de 77 años agregó que por eso se planteó «ir al lugar más natural para hacerlo, con el público enfrente, lleno de gratitud y alegría», en esta gira que comenzará el 27 de abril del año próximo en el Beacon Theatre de Nueva York, y que prevé finalizar el 23 de diciembre en el Palau Sant Jordi de Barcelona.
Su paso por Argentina en esa sucesión de conciertos era esperable para un artista que a lo largo de sus más de cincuenta años de carrera forzó un lazo cercano con las audiencias nacionales y con el país, que según comentó en una entrevista con Télam en 2019 -de cara a su llegada junto a Joaquín Sabina para estrenar el espectáculo «No hay dos sin tres»- tuvo un lugar relevante en su vida artística y personal desde 1969.
“Me alojé en el hotel Alvear que estaba en ruinas y donde jugaba al fútbol en los pasillos. Fueron años de la huelga Sitrac-Siam, del Cordobazo, de una revolución en la universidad y en las fábricas donde la gente se sentía sino dueña, partícipe del futuro y aquello a un joven que venía de un país oscuro donde la dictadura lo tapaba todo y estaba todo prohibido, le generó un deslumbramiento”, reveló en esa oportunidad.
“Fueron años extraordinarios y sigo siéndole fiel no al retrato aquel utópico que se creó en mí como en buena parte de la juventud argentina sino a este país que pasa de ser un lugar vital a uno deprimido, de un lugar encendido a uno ceniciento pero donde a fin de cuentas encuentro un rescoldo con el que yo me prendo con mucha facilidad”, sostuvo Serrat.