Por Belén Sanagua
Llega diciembre y, de a poco, empezamos a sentir ese famoso “no llego”. Los pendientes se acumulan, las exigencias se multiplican y el cuerpo —aunque intentemos ignorarlo— nos pasa factura.
Fin de año se convierte en una especie de maratón emocional donde el cansancio, el estrés y la ansiedad se mezclan con las ganas de cerrar el año en paz. Es un momento del año en el que todo el sistema se acelera.
Belu Dominguez, terapeuta somática y maestra de yoga lo explica muy claro. El estrés en sí no es algo malo, sino una respuesta natural del cuerpo para adaptarse a los desafíos. “El estrés adaptativo es necesario, porque nos permite responder ante los cambios. El problema aparece cuando ese estado se sostiene en el tiempo y el cuerpo deja de registrar la diferencia entre una amenaza real y una imaginaria”, aclara. Ahí es donde surge la hiperactivación: ese estado constante de tensión en el que el cuerpo no logra relajarse ni en momentos de descanso.
“Estamos tan acostumbradas a vivir desconectadas de lo que sentimos que ni siquiera notamos que el cuerpo está tenso, que la respiración se corta o que estamos apretando la mandíbula”, agrega. Para Belén, la clave está en volver a sentir. En lugar de buscar soluciones mentales,
El estrés adaptativo, cuando se transforma en una herramienta consciente, puede ayudarnos a recuperar la energía y el enfoque. Podemos usar esa activación a nuestro favor, pero para eso necesitamos hacer pausas, soltar el control y registrar qué está pasando en el cuerpo. El sistema nervioso funciona como una ola. Hay momentos de expansión y momentos de contracción.
No podemos quedarnos siempre arriba de la ola, necesitamos bajar para descansar y volver a subir desde otro lugar. Esa idea de pausa, tan necesaria y tan postergada, es también la esencia de su propuesta para este cierre de año. Cuando nos permitimos sentir, también aparece la calma.
Una pequeña pausa cuando nos levantamos:
Apenas te despertás, evitá el teléfono. Cerrá los ojos, sentí tus pies en el suelo y llevá la atención a la respiración. Inhalá por la nariz, exhalá por la boca. Observá qué parte del cuerpo está más activa o tensa. No intentes cambiar nada: solo registrá.
Recargá energía durante el día:
Cuando sientas acumulación de tensión después de pasar mucho tiempo en la computadora, parate y sacudí brazos, piernas y hombros durante 30 segundos. Esta descarga física ayuda a liberar el estrés y a resetear el sistema nervioso.
Respiración antes de dormir:
Colocá una mano en el pecho y otra en el abdomen. Inhalá profundo y dejá que el aire expanda la panza primero, después el pecho. Exhalá lento. Hacelo tres veces seguidas para bajar la frecuencia cardíaca.
Como cierre de año, Belu Domínguez ofrecerá la masterclass “Reescribir el dolor”, un encuentro para explorar cómo el cuerpo puede transformar la huella del estrés y el trauma en presencia, calma y vitalidad.
La propuesta invita a soltar, liberar tensiones acumuladas y reconectar con una nueva narrativa corporal, a través de prácticas somáticas y de yoga terapéutico.
Belu es terapeuta somática del trauma, facilitadora de Experiencia Somatica, Terapeuta Transpersonal y de yoga. Además, es especialista en trauma y técnicas de regulación del sistema nervioso. Sus encuentros tienen un enfoque que integra movimiento, respiración y conciencia corporal.
Cuándo: Martes 16 de diciembre, de 18:30 a 20:30
Dónde: Luleå Lighthouse — Av. Córdoba 6138, Buenos Aires.
Más info: @belu.wellbeing.
Qué te vas a llevar: prácticas, recursos para la vida diaria, manual de contenidos y acceso a materiales exclusivos en la plataforma Terapia on the Mat.
Fuente Ohlalá
Foto portada Gentileza Belu Domínguez
