La madrugada del martes se tiñó de tragedia en República Dominicana cuando el techo del icónico club nocturno Jet Set, en la capital, se derrumbó durante un concierto de merengue. Al menos 113 personas han perdido la vida, incluidas figuras destacadas como políticos, exjugadores de las ligas de béisbol y artistas, mientras que unas 255 personas han resultado heridas.
El suceso ocurrió casi una hora después de iniciado el evento, al que asistieron figuras como la gobernadora de Montecristi, Nelsy Cruz, quien falleció tras ser rescatada y trasladada al hospital. También murieron los exjugadores de la MLB Octavio Dotel y Tony Enrique Blanco Cabrera, y el saxofonista del grupo musical que amenizaba la noche. El merenguero Rubby Pérez, quien se encontraba en el escenario, falleció después de que le cayesen toneladas de escombros sobre su cuerpo. A última hora del martes, todavía había esperanzas de encontrar más personas con vida.
«Vamos a buscar a la gente sin descanso», declaró Juan Manuel Méndez, director de operaciones de Emergencia, quien aseguró que se priorizaban tres áreas clave donde aún se percibían ruidos. El presidente Luis Abinader visitó el lugar de los hechos, donde consoló a las familias de las víctimas y declaró: «Tenemos fe en Dios en que rescataremos a más personas con vida».
Los relatos sobre cómo consiguieron escapar algunos de los supervivientes son espeluznantes. El diario local ‘Listín Diario’ consiguió hablar con Cecilia Domínguez, una mujer que se encontraba disfrutando de la velada en la discoteca Jet Set en la que el cantante Rubby Pérez dio un concierto.
«Rubby Pérez ya había cantado como cinco o seis canciones, entonces ahí colapsó como una arenilla (del techo) que cayó en la mesa donde bebíamos y mi mamá salió, le preguntó al agente de seguridad si estaba sucediendo un terremoto o temblor de tierra».
Algún otro superviviente apunta a un «escape de agua» proveniente de las tuberías de la parte superior de la estructura. José Contreras se percató y «su intención», como él mismo dice, le obligó a decirle a su hija de 28 años, quien le acompañaba, que se situara debajo de la mesa para protegerse. Esto permitió que el derrumbe del techo no le afectase mortalmente.
Aún no se han determinado las causas del derrumbe del techo ni la fecha de la última inspección del edificio.