Siendo apenas una niña, nacida en Topeka (Kansas), fue protagonista de un caso que terminó con la segregación en las escuelas públicas estadounidenses. Su intento por matricularse en una escuela de blancos condujo a un histórico fallo judicial para la igualdad racial en las escuelas de Estados Unidos en la década de 1950. Primero el reclamo fue desestimado pero terminó constituyendo una demanda nacional a la Corte Suprema conocida como ‘Brown contra la Junta de Educación’, que dictaminó en 1954 como no constitucional la norma que establecía escuelas separadas para los estadounidenses negros y blancos.
En realidad fue su padre el que inicia este camino cuando decidió que su hija fuera a estudiar a una escuela para blancos que quedaba cerca de su casa. Ante la oposición de las autoridades educativas, junto a otras familias decidieron denunciar el hecho.
La Asociación Nacional para el Avance de la Gente de Color (NAACP) expresó en un comunicado: «Ella era una de ese grupo especial de jóvenes heroicos que, junto con sus familias, lucharon con valentía para acabar con el último símbolo de la supremacía blanca: la segregación racial en las escuelas públicas”.
Al ser una afroestadounidense, la niña de 9 años de edad tenía prohibido asistir a la escuela primaria Summer en Topeka, Kansas, en 1951, algo muy injusto ya que la querían obligar a inscribirse en una escuela ubicada a 3 kilómetros de distancia y para llegar a la misma debía cruzar las vías de un tren y tomar sola un autobús. Por eso su familia junto a otros 13 padres de alumnos en la misma situación comenzaron la batalla legal y lograron finalmente que en la Corte Suprema dictaminara por unanimidad que las escuelas segregadas eran «intrínsecamente desiguales» y tenían un «efecto perjudicial» sobre los niños afroestadounidenses. En una entrevista que dio en el año 1985, Linda Brown dijo que su padre asumió el desafío porque «sentía que era incorrecto que las personas negras tuvieran que aceptar una ciudadanía de segunda clase».
Falleció el 27 de marzo de 2018, a los 75 años de edad, su lucha y la huella que dejó en este mundo jamás se borrará.
Su valor y su lucha serán recordados siempre y partió de este mundo dejando una huella imborrable.