Por Carmen Sigüenza
Josefina Manresa (Quesada, Jaén, 1916 – Elche, Alicante, 1987) ha pasado a la historia por ser la mujer del poeta Miguel Hernández, su musa y su viuda, a la que se le debe la custodia y la lucha por proteger durante el franquismo hasta la democracia el legado del poeta de Orihuela, autor de El rayo que no cesa y quien, tras la guerra civil española, por su compromiso con la República, fue condenado a pena de muerte, aunque luego le conmutarían la pena por 30 años de cárcel. Tras pasar por Palencia y el penal de Ocaña, fue trasladado a Alicante, donde moriría de tuberculosis en la enfermería de la prisión en 1942.
Pero ¿quién era Josefina Manresa? Ahora una obra de teatro sube a escena la vida de esta mujer y su historia real con el poeta y dramaturgo. Con el título de Josefina y protagonizada por Natalia Zamora y escrita y dirigida por Oriol Pàmies, la obra se podrá ver en el Teatro Infanta Isabel en Madrid el 18 de mayo y el 1 de junio.
La obra plantea un diálogo entre actriz y personaje. La mezcla de estos dos códigos pretende responder a la pregunta de cómo se construye un legado, que es lo que hizo Josefina Manresa, una mujer a la que se la podía considerar hoy una gran activista. Hija de guardia civil, costurera hasta dejarse los ojos, en un España difícil, mujer de un poeta de izquierdas, madre de sus dos hijos, Manuel Ramón, que murió a los diez meses de nacer, y Manuel Miguel, a quien su padre le dedicó las famosas ‘Nanas de la cebolla’.
«A los veinte años me puse el luto y ya no me lo quité», escribe Manresa, autora de sus memorias, Recuerdos de la viuda de Miguel Hernández, que publicó en 1980. Pero Manresa nunca fue protagonista de nada.
Para Lucía Izquierdo, heredera de Miguel Hernández y nuera del poeta, la representación de esta obra sobre Josefina es una experiencia importante. «Estamos muy contentos de que Oriol se haya interesado por la vida de Josefina, persona que tanto significó en nuestra vida y que quisimos con todo nuestro corazón. Es una obra que trata con mucha sensibilidad, cariño y rigor la historia de Josefina Manresa, quien luchó incansablemente para proteger el legado de Miguel Hernández.
Es un proyecto muy bonito y necesario en este año 2025 en que se cumplen 50 años del inicio de la democracia española», dice que una nota facilitada por el Teatro.
El libro que escribió la viuda del ‘poeta cabrero’ lleva al menos cuatros ediciones, la de 2016 lleva un prólogo nuevo escrito por Alfonso Guerra y con material gráfico.
Se trata de una cuarta edición especial para el Museo Miguel Hernández-Josefina Manresa Quesada, en colaboración con el Ayuntamiento de Orihuela, publicado por Ediciones de La Torre.
«Muchos amigos de Miguel Hernández me han pedido, en numerosas ocasiones, que escribiera mis recuerdos sobre él. Esto, unido a ciertos errores sobre la vida de Miguel que he observado en las biografías y en artículos de prensa, me ha movido a escribir estas páginas», escribe la viuda del poeta de Orihuela en el prefacio.
«Haber escrito esto, para mí -continúa-, que no soy de la familia de las letras, ha sido un gran trabajo. Pero como deber que me había impuesto, aquí están mis recuerdos, que cedo a los aficionados de la obra y la vida de Miguel, lo cual para mí es una satisfacción. También me satisface y es mi obligación rechazar versos que le aplican a su obra sin documento que los acredite. Al tiempo que aclaro frases y pasajes de su correspondencia conmigo».
«Mi querida nena, mi querida esposa, mi querida Josefinilla». Así se dirigía Miguel Hernández a su Josefina en las tantísimas cartas diarias que le escribió, porque su relación fue más que nada epistolar, ya que el poeta tras unas semanas después de la boda se fue a la guerra y solo se veían en algunos días de permiso, pero en la vida y en la obra de Miguel Hernández hay una persona definitiva, a la que siempre regresa y le inspira sus poemas más hermosos y esa es su mujer, Josefina Manresa, su novia de toda la vida, su musa.
Josefina Manresa Marhuenda llega a Orihuela en 1927, donde es destinado su padre, natural de Cox (Alicante) y guardia civil de profesión. Ella es la mayor en una familia de cinco hermanos.
Y aquí, en este libro, la viuda del poeta comparte su faceta más humana y se acerca a la realidad de Orihuela, a la realidad rural de toda España. Las costumbres de hombres y mujeres que se vieron asaltados por una guerra y que, sin embargo, tuvieron que continuar haciendo sus vidas en aquel contexto.
«Nadie creía que la guerra duraría tanto tiempo como duró. En un principio recuerdo que hasta decían que acabaría en 24 horas», escribe. También tiene sentencias hondas como ¿Qué sabe cierta gente de lo que es la sensibilidad de una persona y un espíritu herido? o Y cómo la pobreza es la creación de la inocencia.
Con una prosa sencilla, la viuda de Miguel Hernández deja el testamento de su vida con el poeta y el legado que hay tras él en un libro entrañable, lleno de amor y de crudeza.
Fuente EFE (efeminista.com)