Miami Seaquarium cerró definitivamente tras convertirse en el centro de protestas contra el maltrato animal, protagonizado principalmente por la famosa orca «Lolita» -que falleció en 2023- y en el marco del movimiento mundial contra ese tipo de parques marinos.
Con una extensión de más de 15 hectáreas, el acuario fue inaugurado en 1955 en el condado de Miami-Dade y se convirtió durante décadas en uno de los parques marinos más elegidos de Estados Unidos. Exhibiciones como las de Lolita, los delfines, la cúpula geodésica y el paisaje junto a la Bahía Vizcaíno lo hicieron parte de las atracciones más concurridas de la ciudad.
Una de las figuras más emblemáticas, pero que en los últimos tiempos generó más polémica, fue «Lolita», una orca capturada en 1970 que vivió allí durante más de 50 años.
En sus últimos años, Lolita ya no participaba de espectáculos y su tanque fue cerrado al público permanentemente en 2021 como parte de exigencias regulatorias. Finalmente, falleció en 2023 por una enfermedad renal, justo antes de que se lograra su reubicación en un santuario marino en el Pacífico.
Además del caso de Lolita, ocurrieron allí otras muertes de mamíferos marinos, algo que alimentó las críticas de organizaciones defensoras de animales.
A las denuncias de activistas se sumaron reportes oficiales, incluido uno del Gobierno de Estados Unidos, que señaló violaciones regulatorias en los tanques y deficiencias veterinarias que habrían causado sufrimiento y muertes.
En 2013, con el estreno del documental Blackfish, se comenzó a tomar conciencia sobre el sufrimiento físico y psicológico de estos animales, lo que provocó protestas mundiales.
La película narra la historia de Tilikum, una orca mantenida en cautiverio en SeaWorld Orlando e implicada en la muerte de tres personas.
El gobierno de Miami también denunció incumplimientos sanitarios y de bienestar animal, deterioro de las instalaciones, falta de cuidado veterinario, que llevaron a cancelar el arrendamiento al operador, The Dolphin Company, que se negó a desalojar y emprendió una batalla legal.
El cierre del acuario se relizó el domingo pasado, en medio del proceso de bancarrota solicitado por la compañía, que fijó esa fecha para su clausura y facilitar así su venta, mientras continúa el litigio por el desalojo.
La empresa prevé transformarlo en un nuevo acuario sin animales marinos en espectáculos, sino para educación, conservación y exhibiciones inmersivas.
Ahora, con el acuario ya cerrado, se pide que sean trasladados a santuarios los más de 100 delfines, focas, leones marinos y pájaros que quedan