Mientras hay conversaciones para la paz, Ucrania y la OTAN, especialmente el ala europea, ven como las cosas se complican cada día más. Rusia lanzó un gran ataque con drones durante la noche del sábado que causó daños en varios edificios de la capital ucraniana, Kiev, según el alcalde de la ciudad, Vitali Klitschko, que aseguró que los drones alcanzaron una casa particular y un edificio no residencial, hiriendo al menos a tres personas.
Las imágenes del Servicio Estatal de Emergencias de Ucrania mostraban a los equipos intentando apagar el fuego después del amanecer. Según este servicio, tres almacenes de la ciudad se incendiaron durante el ataque. Se produjo en medio de ataques más amplios en varias regiones ucranianas.
Según el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas ucranianas, Rusia lanzó 88 drones contra objetivos en todo el país, 56 de los cuales fueron derribados. En la ciudad nororiental de Járkov, una persona sufrió heridas leves a causa de los ataques rusos con drones, según el alcalde Ihor Terekhov.
El grupo operativo-estratégico ucraniano Khortytsia, una formación de las Fuerzas Terrestres de Ucrania, informó el sábado de que las fuerzas rusas se están reagrupando para preparar una nueva ofensiva militar en la región de Járkov. Afirmaron en un comunicado que, aunque hasta el momento no se han llevado a cabo acciones ofensivas, las tropas rusas están reabasteciendo sus unidades para reanudar las operaciones.
Los países europeos prometieron el viernes enviar 21.000 millones de euros en fondos adicionales para ayudar a Ucrania a seguir luchando contra la invasión rusa. Al mismo tiempo, el enviado estadounidense Steve Witkoff se encontraba en San Petersburgo para mantener conversaciones de paz con el presidente ruso Vladímir Putin.