Por Mónica Katz, médica especialista en nutrición (M 70174). Fundadora del Equipo de Trastornos Alimentarios del Hospital Municipal Carlos G. Durand
La aparición de la nueva pandemia de COVID-19 encuentra un agravante en el incremento global y silencioso de enfermedades crónicas como la obesidad y la diabetes tipo 2. En ambas se debilita el sistema inmunitario por lo que las personas afectadas podrían encontrarse dentro de los grupos de riesgo para contraer COVID-19.
La obesidad es una enfermedad crónica que posee una multiplicidad de factores causales. Entre ellos, un exceso de consumo calórico y sedentarismo casi obligado más una diversidad de factores de riesgo emergentes como la deuda de sueño, altos niveles de estrés, un microbiota intestinal alterada, sustancias que alteran las vías hormonales llamadas disruptores hormonales, entre otros.
En nuestro país, 4 de cada 10 personas tienen sobrepeso y 2 de cada 10 son obesas, cifras que año a año crecen y derivan en el aumento del número de diabéticos. De ahí que una de las maneras de atender a nuestra salud en estos tiempos de avance del coronavirus sea a través de las dietas saludables y el control sobre nuestras comidas diarias.
¿Qué pasa con los alimentos y el avance del coronavirus COVID-19?
A la hora de tener una alimentación rica en vitaminas, es saludable que la mitad de esos nutrientes provenga de frutas y verduras. Particularmente, reforzar la vitamina C en nuestro organismo es muy importante, ya que hay evidencias de mejoras el desarrollo de células T, linfocitos T, de mejorar toda la formación y el aumento de Interferón y de mejorar Interleuquinas antiinflamatorias.
Por otro lado, es importante incorporar a nuestra alimentación proteínas, que son elementos fundamental para defendernos y generar todos los anticuerpos que nuestro cuerpo necesita. Para ello es necesario que come carnes, preferentemente pescados grasos. También se puede consumir de huevos, quesos y lácteos. Aquellas personas que sean veganas pueden consumir soja, quinoa o arvejas, que reemplazan los nutrientes de los productos de origen animal que se necesitan.
Otro elemento fundamental para el sistema inmune son las grasas buenas, básicamente las derivadas del Omega 3, que se encuentra en los pescados grasos como es la sardina, caballa, atún y salmón. En caso de no poder consumir pescados, por gusto o por alergias, existen cápsulas de Omega 3 como suplementos.
Y por último incorporar probióticos, en Argentina no existen suplementos con muchos probióticos, que son gérmenes muy benéficos para la salud, tienen la capacidad de sobrevivir más allá de la acidez del estómago en nuestro intestino y reforzar nuestra inmunidad, la manera de incorporarlos es con alimentos fermentados, cualquiera de ellos, por ejemplo: chucrut, kimchi, kéfir, kombucha, miso y lo más común en Argentina es un yogurt con probióticos.
Que esta cuarentena no genere una mayor prevalencia de obesidad, estamos frente a una epidemia infecciosa aguda pero detrás sigue estando la epidemia silenciosa, la epidemia de muerte lenta que es la obesidad. Si no podés con tu estilo de vida alimentándote de una manera lógica, ejercitando desde tu casa, manejando las emociones, sin usar comida, hay dos fármacos nuevos en el mercado: un inyectable y por otro lado un comprimido que es una combinación de Naltrexona-Bupropión, por supuesto ambos con receta médica.