Nunca se tomó en serio la actuación, pero logró el raro mérito de alcanzar fama y popularidad como intérprete extendiendo a sus personajes de ficción algunas de las facetas más llamativas de su propia personalidad. Así vivió su esplendor artístico Robert Conrad, uno de los rostros más populares de las series estadounidenses clásicas de los años 60 y 70, que falleció a los 84 años sin que trascendieran las causas de su deceso.
Pintón, altivo, diestro como pocos en su oficio para las escenas de acción y de combate, Conrad quedará en la memoria de todos asociado a su papel más famoso, el de Jim West. Desde que esta serie se convirtió en uno de los grandes éxitos televisivos asociados a la historia del Viejo Oeste, Jim West y Robert Conrad fueron prácticamente la misma persona. El actor de ojos azules, dueño de un porte que resultaba recio y seductor al mismo tiempo, parecía nacido para interpretar a un personaje que resultaba toda una rareza en el género.
Jim West era una suerte de agente secreto del gobierno estadounidense surgido de la Guerra de Secesión que recorría el país a bordo de un tren a vapor cumpliendo misiones encomendadas por el presidente Ulysses Grant. Como una suerte de James Bond instalado en tiempos del western, Conrad peleaba contra los malos, seducía hermosas mujeres y usaba armas completamente extravagantes para la época creadas por su lugarteniente Artemio Gordon (Ross Martin), un genio de los disfraces y la creación de dispositivos secretos. Creada en 1965 y estrenada en la Argentina cuatro años después, la serie tuvo un éxito colosal y todavía hoy despierta interés en los fanáticos. Un largometraje filmado en 1999 con Will Smith y Kevin Kline no le hizo honor.
Fue el papel más famoso de Conrad, pero no el único con reconocimiento popular a lo largo de una carrera que transcurrió sobre todo en la pantalla chica. El actor nacido en Chicago el 1° de marzo de 1935 como Conrad Robert Falk también encarnó a otra figura muy recordada por los televidentes argentinos, el mayor Greg «Pappy» Boyington en la serie Los tigres voladores, que recreaba las aventuras de este héroe verdadero de la Segunda Guerra Mundial y se filmó entre 1976 y 1978.
Allí también se notaban las excelentes dotes de Conrad para las escenas de acción, que como Tom Cruise y Jean Paul Belmondo ejecutaba sin necesidad de dobles de riesgo. Se cuenta que el propio Conrad y un auténtico doble, Whitey Hughes, diseñaban la coreografía de las escenas de acción y las peleas entre Pappy y sus adversarios. En medio de esas acrobacias, Conrad sufrió un accidente muy feo al perder el equilibrio y caer cuatro metros sobre una superficie de cemento. Terminó con varias fracturas, pero después de un breve descanso retomó sus propias escenas de riesgo.
Conrad participó de otras series exitosas (Intriga en Hawaii, El fiscal, El duque) y siempre recordó como su papel más logrado el que interpretó en la miniserie Centennial, inspirada en los libros de James A. Michener sobre la historia del Oeste americano desde la prehistoria hasta la década de 1970. Allí interpretó a un trampero y cazador de origen franco-canadiense llamado Pasquinel.