Trasladarse en bicicleta resuelve varios problemas de una vez: transporte, ejercicio y recreación, y además con cero impacto ambiental.
Y aunque tradicionalmente se asocia a que son los hombres los que prefieren este método de transporte y de ejercicio, las mujeres han ido encontrando en el ciclismo su propio lugar.
“El ciclismo es un ejercicio muy completo. Si bien se mueven las piernas para activar el desplazamiento, andar en bicicleta implica trabajo abdominal para mantener la postura y fuerza de brazos para maniobrar; además de concentración para estar atentos a la vía y los alrededores. La atención y dedicación que hay que dedicarle al ciclismo proporciona un espacio de desconexión mental importante, donde la persona se debe conectar por completo con la bicicleta y así dejar atrás otras preocupaciones”, destaca Andrés Roi, co-fundador y gerente de Marketing de Yerka Bikes.
En 2019, la distribución de los usuarios de bicicletas por género correspondía en un 68% a hombres y en un 32% a mujeres, según datos publicados por el New York Times. El periódico también informó que de abril a octubre de 2020, el total de ciclistas aumentó en un 147%, impulsado principalmente por las mujeres que, en vista de que la pandemia redujo la cantidad de vehículos en las calles, vieron por primera vez a las bicicletas como una alternativa segura de transporte. Asimismo, el diario estadounidense detalló que a octubre de 2020 las usuarias registraron un alza de 10%, alcanzando un 42% de los ciclistas totales.
“Efectivamente, en Estados Unidos se produjo un fenómeno en pos del ciclismo, a raíz de la menor cantidad de vehículos en las calles y de preferir movilizarse a la intemperie de manera individual, evitando transporte público o compartido. Además, la temporada estival propicia el uso de la bicicleta, todos factores que jugaron a favor del ‘boom’ de las bicicletas en el hemisferio norte en los últimos meses y que ahora se verían reflejados en el mercado chileno”, agrega Roi, a cargo de innovadoras bicicletas antirrobos desarrolladas en Chile.
La ‘fiebre en dos ruedas’ vivida en Estados Unidos llevó incluso a una escasez de stock de bicicletas, lo cual no hizo más que acentuar la crisis en el comercio internacional producto de las medidas sanitarias que afectan a las importaciones. La alternativa a la bicicleta propia son programas o aplicaciones de bicicletas compartidas, como Citi Bike -del banco Citibank- en Nueva York, el cual fue introducido en 2013 y desde entonces sus usuarios destacaron por ser mayoritariamente hombres. La proporción era de 3 a 1, como detalla el artículo del diario neoyorkino, lo que ha variado hoy acortándose la distancia entre géneros.
“El hecho de que haya menos vehículos en las calles hace las vías más aptas para circular con seguridad, ya que un punto en contra de escoger el ciclismo es el riesgo de accidentes viales, especialmente en las mujeres que suelen ser más precavidas y toman el punto de la seguridad con mayor importancia. Pero esa percepción de inseguridad o de exposición al riesgo disminuye con las avenidas despejadas y donde abundan las bicicletas”, añade el ejecutivo.
Otra razón de inseguridad es exponer la bicicleta a ser robada. “Con Yerka Bikes esa preocupación no existe, ya que la bicicleta en sí cuenta con un mecanismo de seguridad que hace imposible que esto ocurra. Por lo tanto, la persona puede dejar su bicicleta asegurada incluso en la vía pública y queda protegida de ser extraída”, especifica.
Fuente:www.elmostrador.cl