El monje Martín Lutero sólo quería discutir los problemas que el veía en la Iglesia Católica. Pero lo que pasó en Wittenberg el 31 de octubre de 1517 cambiaría para siempre Alemania, Europa y el resto del mundo cristiano. Para entender el terremoto que desencadenaron sus 95 tesis, es necesario volver a la época en la que vivió.
A finales de la Edad Media y principios de la Edad Moderna, la fe cristiana estaba dominada por la Iglesia católica romana. Los dogmas y normas de la Iglesia dirigían las vidas de las personas, que veían a Dios como una figura crítica que nunca dejaba que un error quedara impune.
Sucesos sin explicación, como tragedias personales, malas cosechas o incluso guerras, eran vistas con frecuencia como consecuencias de la brujería o de actos de personas que habían hecho un pacto con el diablo. Cuando se sospechaba que alguien había entrado en algún acuerdo de este tipo, por lo general era quemado en la hoguera.
Martín Lutero nació en el seno de una familia minera en 1483. En 1501 comenzó sus estudios en la Universidad de Erfurt. Cuatro años más tarde, completó su maestría y empezó a estudiar Derecho.
Entonces algo cambió la vida de Lutero. En julio de 1505 quedó atrapado en una tormenta y fue alcanzado por un rayo. Ante la perspectiva de la muerte, temió tener que enfrentarse a Dios sin estar preparado, por lo que invocó a Santa Ana, patrona de los mineros, y decidió convertirse en monje.
Menos de dos semanas después, Lutero llamó a la puerta de un claustro agustiniano de Erfurt y pidió ser aceptado en la orden.
Su vida como monje
Impulsado por la búsqueda de un Dios misericordioso y por el miedo a perderse la vida después de la muerte, Lutero vio la oportunidad de experimentar una vida plena dentro de los muros del monasterio.
Desde el principio, el joven monje se mostró como un discípulo visiblemente obediente. Ayunaba y rezaba durante seis horas al día; meditaba y reflexionaba. Más tarde, Lutero escribiría lo siguiente acerca de su vida en el claustro: «Si alguien consiguió entrar en el cielo siendo monje, yo también quería lograrlo”.
Cuando aún no llevaba dos años en el monasterio, Lutero se convirtió en sacerdote. Era el año 1507 y la enseñanza teológica estaba en el centro de sus estudios.
Primera experiencia con la venta de indulgencias
En 1510, Lutero fue enviado a Roma en una misión de la orden de los Agustinos. Este viaje acabaría siendo fundamental en su vida. En aquel momento la Curia pasaba por dificultades financieras provocadas por la costosa construcción de la Basílica de San Pedro. Para conseguir dinero, los líderes eclesiásticos introdujeron la venta de indulgencias. El perdón de los pecados se podría lograr de dos formas: o bien obrando de forma correcta, o bien pagando a la Iglesia.
El precio del perdón se fijaba de acuerdo a los ingresos, e incluso los que habían muerto podían ser rescatados de las llamas del infierno si sus parientes pagaban unas pocas monedas.
La búsqueda de la aceptación de Dios
En 1512, Lutero obtuvo su doctorado en teología y se convirtió en profesor de la Universidad de Wittenberg. En aquella época ya era muy respetado por sus colegas y superiores. A pesar de ello, se seguía preguntando qué hacer para lograr la aceptación de Dios. Ningún ritual o norma de la Iglesia fue capaz de contestar a esa cuestión.
Continuó leyendo fervientemente la Biblia y se sintió especialmente atraído por la carta del apóstol Pablo a la joven iglesia romana, en la que justificaba la sangre de Jesucristo. El teólogo entendió gradualmente lo que acabaría siendo el núcleo de la Reforma: Dios no es sólo un juez justo, sino también un padre que ama a las personas que él mismo creó y que envió a su hijo a vencer al pecado, que es lo separa a los hombres de Dios.
Leyendo la Biblia, Lutero descubrió que cualquiera que crea en Dios y su hijo Jesucristo recibe el don gratuito de la justificación ante el Todopoderoso. El monje por fin había encontrado la respuesta a su pregunta. La soalvación se alcanza por gracia divina y solo a través de la fe.
Las famosas 95 tesis de Lutero
En octubre de 1517, Lutero planeó un debate sobre la práctica de vender indulgencias. Como nadie participó en la discusión, decidió enviar sus tesis directamente al cardenal Alberto de Bandeburgo, elector y arzobispo de Maguncia. Al mismo tiempo, se dice que clavó sus 95 tesis en la puerta de la Iglesia de Todos los Santos de Wittenberg, que en aquel momento servía como una especie de valla publicitaria.
La medida desató un debate que sacudió los fundamentos de la Iglesia. Con la ayuda de la relativamente recién inventada imprenta, Martín Lutero pudo difundir su mensaje rápidamente.
El 31 de octubre de 2017 se cumplirá el 500º aniversario de la publicación del Cuestionamiento al poder y eficacia de las indulgencias de Lutero. Hasta entonces se realizarán exposiciones y eventos para celebrar el acontecimiento que provocó la Reforma y el nacimiento del protestantismo.
Fuente: DW