MAGNETTO EN LA VIDRIERA: «“Mi trabajo nunca estuvo sujeto a la coyuntura política»


Héctor Magnetto rompe el silencio y para hacerlo elige a Apertura. En la nota de tapa de noviembre, en exclusiva, el CEO de Grupo Clarín revela los próximos pasos del grupo, qué piensa de la Argentina actual, de los Kirchner a Macri y el rol de los empresarios.

Por Juan Manuel Compte

Héctor Horacio Magnetto. Uno de los pocos empresarios argentinos que no necesitan carta de presentación. Sobre todo, después de la última década, en la que la popularización de su nombre y rostro fueron uno de los costos de la guerra que emprendió el kirchnerismo contra el Grupo Clarín. No el mayor. Pero sí uno molesto, ingrato, para alguien que, durante décadas, se manejó en la comodidad del bajo perfil. Algo paradójico, para este hijo de inmigrantes genoveses de 73 años –nació el 9 de julio de 1944– que, desde el Chivilcoy en el que se crió, hizo cima profesional gracias a los medios de comunicación. Sobrevivió Magnetto. En lo político y, sobre todo, lo personal. Por eso, ahora, mira hacia adelante. Los Kirchner ya son historia –la derrota electoral de Cristina Fernández parece haber dado vuelta esa página– y él pretende seguir escribiendo la de Clarín. Que, en definitiva, es la suya. “Mi trabajo nunca estuvo sujeto a la coyuntura política. Tampoco, creo que mi retiro lo esté”, dice, en el cuestionario que, por escrito –prefiere contestar así dado que su dicción se vio afectada después de un cáncer de lengua, en 2007–, intercambió con APERTURA el CEO del mayor grupo de medios del país y que, con la fusión entre Telecom y Cablevisión, está forjando al principal player del mercado local de telecomunicaciones. Héctor Horacio Magnetto tiene la palabra.

Pregunta obligada: ¿por qué la fusión entre Cablevisión y Telecom?

Para una empresa como Cablevisión, es un paso estratégico natural. Si uno ve la evolución de las tendencias en comunicaciones, las personas quieren estar conectadas todo el tiempo y en cualquier lugar. Para eso, es imprescindible que existan redes convergentes y de última generación. Cablevisión necesitaba una red móvil y Telecom, una fija de alta velocidad. La nueva empresa podrá dar servicios de cuádruple play y, a la vez, afrontar las grandes inversiones que hacen falta para seguir mejorando esa infraestructura. No se olvide de que la nueva empresa es de base local y compite con jugadores internacionales, que tienen tamaños 10 ó 15 veces más grandes.

¿Celebró la salida del “infantilismo” (una definición suya) en la gestión económica?

Por supuesto. El infantilismo y la irresponsabilidad fueron de los vicios más nocivos de los años pasados, junto con niveles de corrupción alarmantes. Cuando las medidas económicas no responden a un modelo sustentable y obedecen a razones coyunturales, que pueden ser electorales, de acumulación de poder o de otro tipo, los países profundizan sus deficiencias. Por ejemplo, con la idea de que había que incumplir los juicios internacionales, lo único que ganamos fue la hostilidad de jueces y países que podían tomar decisiones que nos afectaran, y el aumento del costo financiero para el país.

Lo mismo sucedió con la intervención del Indec, que hizo que nuestras cuentas dejaran de ser creíbles; con el cepo cambiario, que redujo los préstamos en el sector privado; o con la crisis energética. Ese tipo de medidas, sumadas al cierre de mercados de exportación, trajeron consecuencias de las que llevará años reponerse. A largo plazo, la irresponsabilidad se paga.

¿Shock o gradualismo?

Es una dicotomía algo falsa. Aun sabiendo la cantidad de distorsiones a corregir, aun reconociendo la distancia que tenemos con las variables que requiere una economía sana, los esfuerzos que demanda ese proceso de normalización deben ser socialmente aceptables. De hecho, la sociedad argentina dio muestras de gran madurez en este sentido. Creo que sí es importante la secuencia y la conexión armónica entre las políticas: si somos gradualistas en combatir el déficit, lo que nos permite evitar una mayor conflictividad, ¿podremos tomar medidas sostenibles e incrementales en el tiempo, para que avancen cambios estructurales? ¿O sólo nos conformaremos con maquillar el problema un par de años?

FUENTE El Cronista

Notra completa en la revista Apertura de este mes