Permanecer en actitud de criticar a los demás, no sólo no conduce a nada, sino que te perjudica más de lo que piensas.
Muchas personas viven tan enfocadas en el afuera y en las otras personas, que no se dan cuenta de la energía que pierden. Además, jamás obtendrán algo diferente ni superador para ellos, para los demás o para el mundo; puesto que la crítica te coloca en una situación de ser un obtuso con tu visión de la vida. Y, por si no te has dado cuenta, cuanto más te ignora la persona a la que diriges tu crítica, te pones más hiriente.
Estas son 7 de las cosas que pierdes cuando criticas a los demás. Quizás quieras considerar cambiar esta adicción tan negativa, y enfocarte en elevarte, crecer y progresar para tu bien, y por tu salud emocional y mental.
Pierdes tiempo. Pasarte el día criticando a otros, no te lleva, siquiera, a poder ejecutar un plan de mejora en ti mismo. Como todo lo haces “hacia afuera”, te restas la maravillosa oportunidad de la autoobservación consciente, esa que te permitirá saber en qué aspectos puedes progresar.
Pierdes energía. Las personas enfocadas en la crítica, en vez de los aportes positivos, reconocen tener muy baja energía para vivir su vida. Esto sucede porque, cuando estás emocionalmente enfocado en criticar a todos, pensando que de esa forma cambias algo en tu vida, la de los demás o el mundo, derrochas tu capacidad de revitalizarte internamente. Drenas energía negativa, y lo único que te traerá de vuelta es más negatividad.
3. Pierdes actitud positiva. La crítica no conduce a nada, sobre todo aquella que no encierra oportunidad de mejora evidente. En ese caso, no sería una crítica, sino una observación neutral para mejorar. El lenguaje es muy importante. Si te enfocas en apañártelas para decir las peores cosas -siempre desde tu perspectiva soberbia y ególatra del sabelotodo-, te desenfocas de ti. Te vas por otro camino, lleno de pozos y tropiezos. No te extrañe, entonces, que tu vida sea un fracaso, puesto que no estás generando un entorno positivo.
4. Pierdes autoestima. Uno de los peores resultados que tienes en tu actitud de criticón hacia todo es que tu autoestima está lastimada y sangrando. Drenas odio, bronca, resentimiento, y esto, en algún punto, se transforma en culpa. El ser interno -ese que sabe- puede devolverte tu actitud negativa con un profundo sentimiento de culpa. Al sentir esto tan nocivo, tu autoestima se resiente. Ya no sientes valía personal y te costará mucho esfuerzo salir delante. Es habitual que las personas criticonas sientan que son débiles y que no pueden afrontar de buena manera los desafíos del mundo. Sucede así debido a que la energía que los mueve es negativa, y es lo que los ha carcomido por dentro. Lo que destilan hacia fuera, es lo que absorben por dentro. Son como un lanzallamas de un circo: siempre queda algo de alcohol dentro tuyo, por más que la llamarada va hacia fuera, además del gusto amargo en tu boca.
5 Pierdes la confianza que te tienen los demás. En un mundo revuelto, casi nadie quiere relacionarse con personas criticonas todo el tiempo. Menciono el “casi nadie” porque siempre están aquellos que sostienen el lema “la miseria busca compañía” a toda costa, y no asumen que cada vez que se enfocan en el afuera, criticando y denostando a otros sin hacer algo para cambiar las cosas en la realidad, van debilitando su espacio de confianza construido. Se va achicando, hasta desaparecer. Así, las personas criticonas suelen terminar solas y abandonadas. No hay quien las soporte.
Pierdes auto control. Al estar tan pendiente de lo que hacen los demás para asestarles tu crítica despiadada, dejas que el control emocional de tu vida, las riendas, las tenga eso mismo que exudas. Así, tu energía se va con tu crítica, y tu auto control pasa a ser “crítico-dependiente”, por eso te pones cada vez más filoso e hiriente.
Pierdes equilibrio emocional. La crítica, al igual que la queja, no encierra ningún cambio positivo. Puede ser entretenida al principio, como mucha gente piensa acerca de los chismes. Sin embargo, cuando haces de esto tu forma de vida, tu bandera, tu emblema, encontrarás una gran dificultad para sentirte pleno en tu interior. Hay una parte de autoestima -como vimos más arriba- que está dañada, y sólo tu puedes repararla. ¿Te has dado cuenta de que criticas pensando en reparar algo dentro tuyo? Ya sea tu impotencia por el éxito del otro, tu inhabilidad para generar dinero, tu visión sesgada y personal acerca del otro y cómo debería comportarse. Piensa esto: cada vez que entregas el poder a otro, incluso criticándolo -en este caso debido a que lo haces importante al dirigir tu energía crítica-, estás desgastando tu equilibrio interno. Además, quien critica parece querer tener razón, y el resultado casi siempre es infelicidad interna.
Tres recursos si quieres cambiar:
- Acepta las situaciones y a los demás: apenas puedes cambiar algo de tu vida de vez en cuando. Entonces, busca entender -no necesariamente justificar- los puntos de vista de los demás: te traerá ideas nuevas y expandirás tu consciencia de apertura.
- Limita tus críticas y hazlas conscientes: logra un auto-dominio saludable.
- Aporta soluciones: ya que vas a criticar, sería razonable tener al menos tres opciones superadoras para mejorar las cosas. Si no es así, ahórrate el problema, y quédate en silencio si no vas a aportar nada constructivo.
Ahora ya lo sabes: todos los seres humanos hacen lo mejor que saben y pueden, aunque para ti pueda ser diferente. El ser un crítico de los demás y del mundo, no cambia las cosas. El mundo cambia con tu acción. Entonces tienes una elección que hacer: seguir así, o decidirte a cambiar y ser feliz.
Autor: Daniel Colombo
Motivador y Master Coach Internacional especializado en CEO, alta gerencia y profesionales; conferencista internacional; autor de 21 libros y comunicador profesional
Fuente: www.danielcolombo.com