Opinión de Carolina Camacho

La serie «Atrapados» y el grooming en adolescentes


Por Carolina Camacho

El pasado 26 de marzo se estrenó en la plataforma de streaming Netflix Argentina la mini serie de seis capítulos “Atrapados”, un thriller basado en la novela Caught del autor estadounidense Harlan Coben. Autor de novelas de suspenso y misterio. Respaldada dicha serie por un gran equipo de producción a nivel nacional, encabezado por la producción de Vanessa Ragone, con dirección de Miguel Cohan y Hernàn Goldfrid, quienes tienen gran trayectoria en realizaciones nacionales y guion de Miguel Cohan, Ana Cohan, Marìa Meira y Gonzalo Salaya. Con gran elenco, encabezado por Soledad Villamil como protagonista principal, Juan Minujin, Alberto Ammann, Matias Recalt, Carmela Rivero, Fernán Miràs y Mike Amigorena. “Atrapados” lidera el top 10 global semanal en Netflix, y en su primera semana de estreno esta serie hecha en Argentina en su totalidad tuvo 8.2 millones de visualizaciones en todo el mundo y se posicionó en el puesto 1 en el top 10 global de series de habla no inglesa. Esto último y el hecho de haberse filmado íntegramente en el país ya es un motivo de alegría para quienes abrazamos la industria audiovisual argentina. Todo el equipo de producción es de amplia trayectoria en cine de ficción.

Si bien la temática de la serie gira en torno al grooming en adolescentes, que es un tipo de abuso sexual especifico que se da a través de las redes sociales, y busca especialmente a sus víctimas, y si bien el tratamiento de la primera línea de la trama es màs que interesante en su enfoque, advertimos que esta historia tiene distintas líneas argumentales, y dentro de la historia del abuso en si sobre una víctima se desteje una nueva trama y es como se despliegan los poderes en este caso sobre la gran extensión del territorio patagónico que siempre estuvo en pugna, desde tiempos inmemoriales, siempre hubo y habrá intereses puestos en torno a esos territorios.

Celebro esta apuesta de producción en medio de la inmensidad de la Patagonia, y que se haya realizado en este momento actual de país, con lo difícil de la situación económica actual, habla de que valen la pena los esfuerzos, a la hora de defender la industria audiovisual.

Una periodista exitosa, Ema Garay (Soledad Villamil) y reconocida por haber resulto casos policiales muy complejos, se encuentra investigando un caso de grooming en una escuela de la ciudad de Bariloche, y en dicha investigación se encuentra con todo un mundo nuevo y con la realidad paralela de su propio hijo adolescente que la deja sin palabras por la velocidad que tiene el para procesar lo que ella misma tarda muchísimo tiempo en poder desentrañar. Verdaderamente se siente la desesperación a través de la pantalla, sin dudas, sentimos como Ema Garay está atrapada en los tejes y manejes del poder y está en peligro constante, en una ciénaga de arenas movedizas, en donde la realidad cada vez se esconde màs y màs, y a la vez el peligro se acerca cada vez màs a ella, dejándonos como espectadores en una situación de vulnerabilidad absoluta. En esa investigación suceden muchas cosas, le suceden a ella, se podría decir que es una heroína digna de hacer el tan ansiado camino, se ve envuelta en una intriga sin precedentes, se va dando cuenta que el gran abuso parte desde el estado. El personaje de Ema es inspirador por donde lo mires, cuando termine de ver la serie, necesitaba seguir viéndola en movimiento, porque lo que no se mueve se estanca, y lo que se estanca, se pudre.

Una niña de 16 años, Martina Schulz es la víctima y hay que llegar a la verdad, su familia lo espera, la comunidad entera de Bariloche lo espera. Los grandes terratenientes que se disputan la patagonia desde siempre, y los más bellos paisajes son los protagonistas de esta trama, como una especie de ironía, de lo que es nuestro pero pero siempre siempre es puesto en duda. Los vendidos. Los comprados. Los que tienen precio. Los Cipayos. La servidumbre, casi siempre representada en la comunidad mapuche y originaria. Parece que hay gente sin escrúpulos a la que no le importa el futuro de las nuevas generaciones y están dispuestos a todo con tal de sacarles todo lo que les corresponde, incluso por herencia familiar. Esas personas están entre nosotros, viviendo entre nosotros, y vienen por nosotros, y por los màs jóvenes.

Y además, una sola clase de persona es la misma que siempre debe poner el pellejo en este país, cuando las papas queman y no son precisamente los rubios de ojos celestes que están en todas nuestras familias y los amamos. Eso duele. Que no corra la sangre de nadie, ni nunca más haya elegidos a dedo, ni morochos a dedo para poner el pellejo. Eso ya lo vimos en varias oportunidades en este país, y no lo queremos más. Por lo menos el revisionismo histórico nos tiene que haber servido para algo. Sería hermoso que un rubio de ojos celestes salga a poner el pecho.

Esta historia de ficción debería hacernos replantear muchas cosas como sociedad, o por lo menos después de verla, hacernos la gran pregunta, hasta donde debemos permitir antes de reaccionar. Cuando todo esta perdido, más vale empezar a hacer algo, antes que sea demasiado tarde para todos. Esta serie nos invita recuperar la dignidad perdida por estos tiempos, y cuando sentimos que la justicia esta del lado equivocado, la justicia la tenemos que impartir nosotros.

No hace falta sentir demasiado amor por el país, con solo sentir un poquito de amor, ya es suficiente para reaccionar.

Y vos, ¿Qué estas dispuesto a hacer por tu dignidad?, no se cual sea la respuesta, pero sin ninguna duda, vale la pena ver lo que hizo Ema Garay por la suya.