Por Gonzalo Santamaría
La mirada de ella cae sin sentido por la ventana en una nueva mañana de invierno en su departamento céntrico de la ciudad. Él mira el televisor en su cuarto y no puede recordar que vio esa película el día de ayer, ríe igualmente pero muy en su interior sabe que algo está mal. Ella llena la pava para el primer mate, pero olvida calentarla y le echa la culpa a la edad. Él sale del cuarto para almorzar con su familia y confunde a su hijo con su sobrino y su enfermedad lo hace creer que está en su pueblo natal, el cual ya dejó hace décadas. La familia de ella y de él, alejadas geográficamente, se acercan y coinciden en vivir de cerca una enfermedad que se diagnostica cada tres segundos. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Alzheimer es una de las epidemias que más afecta al mundo con una cantidad de casos nuevos que enciende las alarmas.
Es por ello que los esfuerzos para combatir esta enfermedad comienzan mucho antes de que se diagnostique. Desde 2015, se conocieron informes con evidencias concretas que detallan cómo disminuir el riesgo de demencia o deterioro cognitivo en un 40% de los casos. “Demencia y Alzheimer son sinónimos en este caso, pero demencia abarca muchas enfermedades y el Alzheimer es la causa más frecuente de demencia”, explicó ante CLG Cecilia Molaro, neuróloga (Mt. 19107) y parte del equipo de especialistas de Alma (Asociación Lucha contra el Mal de Alzheimer) Rosario y contempló: “La prevención apunta a que a la persona sólo le quede demencia leve”.
Si bien aún no existe una cura, la especialista explicó que para prevenir se trabaja en un modelo de multi intervenciones como la actividad física, la estimulación cognitiva, el control de la presión, diabetes, colesterol, etc. y una dieta saludable.
“Todo lo que una persona haga entre los 20 y 40 años impactará en la forma de envejecer a los 60 y siempre se recomienda empezar con este estilo de vida de manera temprana”, remarcó la neuróloga; sin embargo aclaró que los estudios se realizaron en adultos mayores con un diagnóstico confirmado y también se obtuvieron resultados.
Molaro expresó que la actividad física hace crecer las neuronas y mejora la salud cardíaca “que son las que producen enfermedades cerebrales”. Sumado a que mejora el ánimo y “se utiliza en tratamientos complementarios en la depresión y corrige el descanso por la noche, donde se eliminan desechos de neuronas”.
Sobre la depresión se detuvo y destacó su tratamiento cuando aparecen entre los 30 y 40 años, o incluso antes, ya que esta enfermedad “se asocia al deterioro cognitivo y además va en aumento a nivel mundial por los estereotipos de vida y las presiones del mundo”.
“Un adulto mayor diagnosticado va a recibir asistencia en los últimos años de vida o la persona que padece anosognosia (paciente que no reconoce un déficit) impacta fuertemente en la familia”, concluyó Cecilia Molaro, parte del equipo médico de Alma Rosario.
Alma para ayudar
Retomando las palabras de Molaro sobre cómo atraviesa el Alzheimer a las familias de los pacientes aparece el trabajo de Alma, la ONG que ayuda a familiares y a cuidadores de personas que sufran deterioro cognitivo. La coordinadora del grupo de Rosario es Macarena Blanchard y en diálogo con CLG contó que «la mayoría de las personas que nos buscan están en un estado emocional bastante complicado y difícil. No sólo porque están ante un diagnóstico bastante desesperanzador, sino también porque implica una reestructuración de la cotidianidad de una persona que siempre se valió por sí misma y deja de hacer cosas muy simples, lo que implica que la familia tenga que involucrarse al 100% de la vida de esa persona».
Para conocer y saber más de Alma Rosario se pueden contactar a través de Facebook o Instagram. Para colaborar con la ONG rosarina también está abierta la inscripción de socios por sólo 200 pesos al mes con la cual sostienen las distintas actividades que se dan en el año y que tienen su epicentro el 21 de septiembre por el Día Mundial del Alzheimer.
«Cuando llegan a Alma están sobrepasados, no saben qué hacer, si discutir, si contradecir, si seguirle la corriente. Ahí entra Alma, actúa como una guía para cada familia, no le vamos a dar una lista de cosas para hacer, sino ofrecemos un grupo de apoyo para descargar, contar lo que están pasando y encontrarse con otras personas con las que pueden sentirse identificados. No sólo es contención sino herramientas para sobrellevar la enfermedad de otro de la mejor manera», expresó Blanchard.
Alma Rosario ofrece una reunión virtual cada 15 días abierta al público y la próxima se fijó para este lunes 9 de agosto. Esta iniciativa nació en la pandemia por la «sobrecarga» de los cuidadores que generó el contexto de aislamiento y logró una masificación tal que llegó a sumar gente de Estados Unidos, México y Perú.
Estímulos que suman
La neuróloga de Alma reveló que los estudios evidenciaron también que aquellas personas con menos educación aumentan el riesgo de sufrir deterioro cognitivo y recomendó completar los estudios secundarios como mínimo. “Sabemos que en Argentina es difícil, pero sí se debe fomentar la educación en la infancia”. El nivel de estudios, además, está altamente relacionado a un acceso a la salud de calidad y el nivel socioeconómico reduce el riesgo de esta enfermedad.
“Para el cerebro todo estímulo nuevo tiene que ser desafiante y diferente de lo que haga en su vida diaria para desarrollar conexiones nuevas en las neuronas y que el impacto de una enfermedad sea menor”, sentenció la especialista e instó a comenzar con esos estímulos desde el embarazo.
¿Qué es el viejismo?
En la actualidad hablar de envejecimiento, y más entre los jóvenes, es un “tabú”. Contada con los dedos de la mano son las personas que se imaginan esa etapa de la vida. Hoy tiene mala prensa envejecer y más en estos tiempos donde permanecer jóvenes es casi una obligación. “Se llama viejismo cuando se le atribuyen miradas negativas al proceso de envejecimiento y eso como proceso social hay que tratar de hacer difusión de que el envejecimiento no es malo”, arrojó Cecilia Molaro ante CLG.
La neuróloga agregó que la población “está envejeciendo a pasos agigantados y la prevalencia de la demencia se considera una epidemia mundial, de todas formas, la demencia no es sinónimo de envejecimiento”.
“Se estima que hay casi 50 millones de personas con demencia en el mundo y aumentará tres veces para el 2050, es importante poder difundir la prevención”, manifestó.
La esperanza de la ciencia
Si bien existen investigaciones para curar la demencia o lograr tratamientos, Molaro definió que “son pocos” debido a que la inversión es mucho menor a otras enfermedades y “como son varios los factores (que producen el deterioro cognitivo) no existe una sola droga. Quizás en el futuro se logre llegar a varios fármacos que contrarresten la enfermedad”.
En esta línea apareció Aduhelm, un anticuerpo monoclonal también conocido por su nombre genérico aducanumab, aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos, que reduce hasta un 30% el proceso de deterioro cognitivo. La especialista de Alma Rosario explicó que el medicamento “genera una reacción inmunológica para reducir los depósitos de la proteína amiloide que es la principal proteína que se involucra en el origen del alzheimer”.
La amiloide es una proteína común en el cerebro, pero comienza a formar desechos no degradables en el cerebro que generan una inflamación en el cerebro, que al volverse crónica lleva a la muerte neuronal. “Este proceso es lento y comienza 20 años antes de que la persona tenga síntomas”, detalló la neuróloga.
¿Qué pasa en Argentina?
En caso de querer aplicar Aduhelm, o cualquier fármaco relacionado al Alzheimer, se es necesario un diagnóstico confirmado con biomarcadores, lo que presenta un escollo en nuestro país. “Son muy costosos y en Argentino sólo los hace el Instituto Fleming”, apuntó Molaro. Pasando en claro, añadió, “para aplicar este tratamiento en forma masiva falta mucho” debido a la falta de cobertura de las obras sociales y prepagas. De todas formas, la posibilidad está.