Por Marisa Plano
La paz se considera como una asignatura y actividad propia para crear estados de opinión. Arte de iniciativas de la escuela, busca asociarse con otras personas o con texto y propicia la acción de todos. Trasciende el diseño curricular disciplinar y hasta la vida en la escuela.
Educar para la paz, también es algo que se puede enseñar desde el salón de clases, podemos desarrollar los valores de respeto, empatía y solidaridad a través de ejercicios reflexivos dinámicas de grupo, videos o cualquier estrategia didáctica dentro del aula.
La educación para la paz implica cultivar valores como la justicia, la cooperación, la solidaridad, el desarrollo de la autonomía personal y la toma de decisiones, entre otros; conlleva cuestionar los valores contrarios a la cultura de la paz, como la discriminación, la intolerancia, la indiferencia, entre otros.
Para ello será necesario promover climas adecuados que generen bienestar, educar en valores y cambio de actitudes hacia la violencia, potenciar la participación, fortalecer las relaciones sociales de cooperación, promover estrategias conductuales para hacer contrarrestar a la violencia a partir de sus potencialidades.
La educación para la Paz es importante para todos, pero especialmente para los niños que aún están construyendo su identidad y sus valores. Cuando enseñamos a los niños a ser pacíficos, les permitimos ser un ejemplo positivo para los adultos que los rodean.
Por lo tanto, educación en ese sentido es un instrumento esencial para la cultura de la paz, porque permite a los ciudadanos del mundo ayudarse entre ellos, con el fin de gozar de las mismas oportunidades y utilizar tanto sus competencias como capacidades para hacer las paces.
Su objetivo es dotar a las personas de habilidades constructivas para afrontar situaciones. La educación para la paz inculca valores como el amor y la comprensión para construir una sociedad global pacífica. Ayuda a comprender el origen de los conflictos y ofrece a adultos y estudiantes habilidades para gestionarlos, reducirlos y minimizarlos.
Para concluir les dejo a modo de reflexión la frase que marca la doctrina de Mahatma Gandhi: «NO HAY CAMINO HACIA LA PAZ, LA PAZ ES EL CAMINO».
Fuente foto: loicaresursos.blogspot.com