¿Cómo se usa la Mesa de la Paz?

Ante todo, es importante que el niño no se sienta forzado a sentarse a la Mesa de la Paz ya que la percibirá como un castigo y, en vez de relajarse, es probable que termine más enfadado y frustrado. Puedes decirle: “Esta es la Mesa de la Paz, puedes usarla cuando te sientas triste, agobiado o irritado. Vienes a la mesa, te sientas y ves lo granos de arena caer. Cuando alguien está sentado a la mesa, no se le debe molestar”.

Una vez que tu hijo se familiarice con la mesa para resolver sus conflictos internos, podrá usarla para solucionar los conflictos interpersonales. En ese caso, puede invitar a su hermanito a la mesa, entregándole el objeto de paz, como símbolo de buena voluntad para resolver el conflicto.

La idea es que los niños se sienten a la mesa y expresen cómo se sienten, respetando los turnos de conversación. Puedes usar el reloj de arena para marcar el tiempo y dar al niño que está hablando la pelota antiestrés. Cuando termine su turno, debe cederla al otro niño. Lo más importante es que los pequeños expresen asertivamente sus emociones, expliquen por qué se sienten así y, sobre todo, cómo les gustaría solucionar el problema. También pueden opinar sobre las posibles soluciones y cómo se sentirían poniéndolas en práctica.

Si son pequeños, un adulto tendrá que actuar como mediador. De hecho, es conveniente que al inicio medies la conversación para que los niños no caigan en actitudes acusatorias sino que aprendan a centrarse en buscar soluciones. Ten en cuenta que los adultos no deben fungir como jueces sino como meros mediadores para que sean los propios niños quienes encuentren la solución. No obstante, puedes proponerles una serie de normas, como por ejemplo: no gritar, no pegar, no insultar, no interrumpir y no burlarse del otro.

Fuente: www.fundacionclinicadelafamilia.org