Por Paola Barreiro
Hay una frase que escucho a menudo en deportistas, personas activas y también en quienes sueñan con empezar:
«Cuando tenga más tiempo, arranco.», o
«Cuando esté motivado, vuelvo.», o
«Cuando sea el momento ideal, lo hago.»
Lo curioso es que ese momento perfecto nunca llega.
Y no es casualidad: nuestra mente es experta en disfrazar el miedo de justificación. Postergar es más cómodo que enfrentar la incomodidad de empezar. En el deporte, y en la vida, siempre habrá una agenda llena, cansancio acumulado o días en que la motivación brilla por su ausencia. Pero hay algo que diferencia a quienes logran sus objetivos: no esperan a que todo se alinee, crean el momento.
El mito del día ideal:
Esperar el momento perfecto es como esperar que un día sin viento, con sol justo y temperatura exacta, aparezca por arte de magia para salir a entrenar. Es posible… pero no depende de vos. Y si dejás que tu progreso dependa de factores externos, lo más probable es que avances poco o nada.
La clave: acción antes que motivación:
En mi experiencia acompañando a deportistas, he visto un patrón: la acción genera motivación, y no al revés.
El primer paso, por pequeño que sea, cambia la inercia. Y cuando repetís, ese paso se transforma en hábito.
Un corredor amateur que entreno me dijo una vez:
«Empecé sin ganas, pero terminé orgulloso. Si me hubiera esperado a estar motivado, hoy seguiría en el sillón.»
Ese día entendió que no se trata de encontrar el momento ideal, sino de decidir actuar incluso cuando no es ideal.
Una pregunta para vos:
No te preguntes si es el momento perfecto. Preguntate:
➡️ ¿Qué puedo hacer hoy, con lo que tengo, para acercarme a mi meta?
El momento perfecto no se encuentra, se construye. Y empieza cuando dejás de justificar y empezás a actuar.
Pao Barreiro – Coach Deportivo de Alto Rendimiento
Entrená tu mente como entrenás tu cuerpo
Instagram y TikTok: @paobarreirocoach