Por Marisa Plano
La autoconfianza es la capacidad de creer en uno mismo es decir en tus propias capacidades; esto no solo mejora el rendimiento escolar sino que también favorece el desarrollo emocional, permitiendo sentirse capaces de afrontar los altibajos que trae el proceso de aprendizaje.
Los estudios cognitivos han demostrado que los estudiantes con mayor confianza está más dispuestos a aprender, a desafiarse a sí mismos y tienen mayor resiliencia ante transiciones difíciles, como un cambio de escuela o un trabajo del error. De hecho, la confianza se ha citado como el principal predictor del rendimiento académico.
La confianza en nosotros mismos nos ayuda a sentirnos preparados para hacer frente a las experiencias de la vida. Cuando estamos seguros de nosotros mismos, extendemos a acercarnos a la gente y a las oportunidades, no alejarnos de ellas.
Es preciso saber que la confianza es una habilidad que se aprende con el tiempo. No será necesariamente fácil, pero quiénes tienen una mentalidad de crecimiento tiene más probabilidades de desarrollar confianza en las áreas en las que desean tenerla .
En psicología la confianza se define como una emoción que nos lleva a tener una actitud positiva, referente a la seguridad sobre qué ocurra una acción o situación de uno mismo o de otra u otras personas; podemos establecer sin incertidumbres una hipótesis sobre algo que se espera; es decir, teniendo la seguridad de que alguien actúe de la mejor manera.
No sorprende que la autoestima de un estudiante esté directamente relacionada con su éxito educativo: cuando mejor se sienta consigo mismo como persona Y como estudiante, más probabilidades tendrá de obtener buenos resultados en la escuela tanto en los grados como en las otras áreas.
Más aún cuando un estudiante tiene un problema de aprendizaje o alguna discapacidad es importante que tanto el docente como la familia creen en el niño la convicción de que puede, sin importar el camino o la estrategia que se use para llegar a ese aprendizaje.
Tengamos presente que la confianza está en la base de nuestra existencia: poder descansar en nuestro ser. Sin una confianza interior mínima todo comienza a desmoronarse por eso es fundamental creer en uno mismo y en lograr que las demás personas que están a nuestro cargo acepten y lleven a la práctica el «YO PUEDO».
Marisa Plano
Lic. en Ciencias de la Educación