Fondo Nacional de las Artes

La artesana wichi de Formosa Norma Rodríguez recibió el premio Trayectoria 2020

Desde los ocho años Norma Rodríguez teje con hilos de chaguar hermosas cartucheras y caminos de mesa que llevan en sus diseños la impronta del monte. Nació y vive en Lote 8, Formosa, una pequeña comunidad wichi de 880 habitantes, enclavada en el corazón de los bosques semiáridos del Gran Chaco.

En ese mismo lugar, generación tras generación de mujeres wichis se ocupan de cosechar la planta de chaguar para luego desfibrar sus hojas y obtener hilos resistentes con los que fabrican artículos de uso cotidiano, como bolsas y cuerdas para las cosechas, y, cada vez más, bellos textiles artesanales como carteras, tapices y cintos que comercializan para vivir.

“El chaguar es una planta que sale del monte que se parece a la aloe vera. Le sacamos las espinas que tiene y ahí le machacamos la fibra. Después la dejamos secar al sol. Así queda una fibra muy blanca que unimos en dos para formar hilachas. Ahí empezamos a buscar los colores del monte, que conseguimos de cortezas o raíces”, explica Norma.

Con esa materia prima se ponen a tejer con puntos antiguos o en telares, técnicas que aprendieron de sus madres y abuelas y que, a su vez, transmiten a sus hijos. Cada pieza realizada lleva dibujos decorativos que se inspiran en los animales y los paisajes que rodean a estas mujeres. Los diseños pueden ser, por ejemplo, unas líneas que imitan el “lomo de suri (ñandú)” o figuras geométricas que parecen «ojos de búho», entre otros.

Desde el año 2000, las mujeres wichis se unieron a otras pilagá y qomle’ec para organizarse y potenciar su trabajo. Así nació, en 2009, la Cooperativa de Mujeres Artesanas del Gran Chaco (CoM.Ar) que Norma preside desde 2018 y que reúne a 23 asociaciones y 1300 personas. Por su trabajo de empoderamiento de las mujeres y la difusión de este método ancestral, Norma acaba de ser reconocida con el premio Trayectoria 2020 del Fondo Nacional de las Artes (FNA).

“Desde niña me gustaba tejer. Cuando agarro el chaguar me siento muy contenta porque el tejido significa para mí sostener a mi familia, mis hijos. Me da tanta felicidad porque si no fuera por este trabajo de mujeres indígenas, no podríamos conseguir lo que necesitamos para nuestras casas”, resume Norma.

-¿Qué es la CoM.Ar y dónde radica su importancia?
-La Cooperativa de Mujeres Artesanas del Gran Chaco nos permitió organizarnos como mujeres indígenas de las etnias wichi, pilagá y qomle’ec. Fue y es un largo aprendizaje. Primero, nos juntamos en cada asociación y luego nos reunimos las 23 para formar la cooperativa. Ahora, con el problema del virus, nos permite estar conectadas. También es importante para nosotros porque a través de nuestra organización hacemos cursos e invitamos a los jóvenes a que aprendan no solo a tejer sino también a teñir con los colores del monte. Queremos que no dejen de usar esta técnica y continúen cuando ya no estemos más nosotras, para que no se pierda nuestra cultura.

-¿Qué otras actividades organiza la Cooperativa?
-También concebimos proyectos para que las comunidades puedan trabajar. La cooperativa nos ayudó mucho porque a través de ella hombres que no tenían trabajo pudieron vender el carbón y la leña que producían. A través de esta organización de mujeres conseguimos apoyarlos y también sembrar huertas que consumen nuestras comunidades. A veces es muy difícil, pero gracias al trabajo cooperativo nos ayudamos en cada comunidad.

Fuente; www.cultura.gob.ar