Jueves Santo: La última cena de Jesús


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Jueves Santo y la Última Cena: Jesús y su discípulos se disponían para celebrar la pascua judía que comienza con una cena, que se conoce como «Seder de Pesaj». En la Pascua Judía o Pesaj, se recuerda la liberación del pueblo hebreo de la esclavitud en Egipto. Jesús, como todo el pueblo judío, comparte con sus discípulos esta cena tradicional y conmemorativa. Se la conoce como la última cena del Señor tras la cual Judas lo entrega. Para el cristianismo, Jesús instituye allí el sacramento de la eucaristía.
El Evangelio de Lucas refleja así aquel momento:

«Cuando era la hora, se sentó a la mesa, y con él los apóstoles. Y les dijo: ¡Cuánto he deseado comer con vosotros esta pascua antes que padezca! Porque os digo que no la comeré más, hasta que se cumpla en el reino de Dios. Y habiendo tomado la copa, dio gracias, y dijo: «Tomad esto, y repartidlo entre vosotros;  porque os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta que el reino de Dios venga. Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí. De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama. Mas he aquí, la mano del que me entrega está conmigo en la mesa. A la verdad el Hijo del Hombre va, según lo que está determinado; pero ¡ay de aquel hombre por quien es entregado! Entonces ellos comenzaron a discutir entre sí, quién de ellos sería el que había de entregarlo»

Continúa luego el relato:

«Y saliendo, se fue, como solía, al monte de los Olivos; y sus discípulos también le siguieron. Cuando llegó a aquel lugar, les dijo: Orad que no entréis en tentación.  Y él se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró,  diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.  Y se le apareció un ángel del cielo para fortalecerle. Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra.  Cuando se levantó de la oración, y vino a sus discípulos, los halló durmiendo a causa de la tristeza; y les dijo: ¿Por qué dormís? Levantaos, y orad para que no entréis en tentación.

«Mientras él aún hablaba, se presentó una turba; y el que se llamaba Judas, uno de los doce, iba al frente de ellos; y se acercó hasta Jesús para besarle.  Entonces Jesús le dijo: Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del Hombre?»

(Imagen de La Última Cena, de Salvador Dalí)