Cultivar nuestros alimentos no tiene que ser una misión imposible. Te contamos cómo lograr tus propias frutas y verduras en tres simples pasos. Apto para departamentos
Todos hemos fantaseado con cocinar con verduras de nuestra huerta. Actualmente hay una fuerte tendencia a la sustentabilidad. Ir a trabajar en bicicleta, cultivar nuestro alimento o privilegiar en la compra aquello que trae la etiqueta de «orgánico». Sin embargo quienes aún no dan el paso creen que tener una huerta en la casa o incluso departamento es una tarea imposible. ¿Es así?
Cada lunes hay un encuentro pactado con nuestro jardinero predilecto, Luis Canziani. Este especialista que ha trabado un pacto con el mundo vegetal, nos trae consejos para evitar las frustraciones. Hay tres pilares en una huerta: Agua, Bosta y Cerco. Este ABC es el secreto de esos tomates bien rojos con los que soñamos.
Agua: si es de riego o de lluvia mejor
Este recurso fundamental merece especial atención. No hace falta un sistema de riego muy sofisticado. En verdad lo mejor que se puede hacer es recolectar en baldes «agua de acequia o de lluvia». Normalmente la gente usa el agua de red con la manguera y ahí está el problema de que «ese agua tiene cloro». Aunque hidrata, ese cloro «mata los nutrientes». Por eso, si no es posible estar yendo a la acequia para recolectarla, «la podés juntar en un recipiente grande y dejarla en el balcón dónde el cloro en un día se evapora todo». De esta manera el agua recupera el «carácter vivificante que el agua de red normal no tiene».
Por otra parte, aunque se insiste con la campaña de concientización sobre el uso del agua siempre vale la pena repetirlo. Cuando tenemos un cultivo, a veces se acostumbra a «dejar la manguera andando en el surco toda la noche y esto no sirve para nada» explicó Canziani. Es agua perdida que filtra y «no funciona para lo que se busca hacer».
Bosta: guano para fertilizar
Este elemento es quizás el más complicado de conseguir. Lo ideal es que sea en fresco. Se trata de guano de «vaca, cabra, chivo, caballo o conejo». Según explica Canziani estos elementos componen la materia orgánica de la que se van a nutrir nuestras plantas». Y esto es fundamental porque una planta bien nutrida, no se enferma. «Eso se lo da el suelo y vamos a necesitar muchos menos productos para combatir plagas». En esta dirección, se puede optar por el compost para mejor el cultivo.
¿Es posible hacer compost sin olor?
Hoy en día existen numerosos productos para ponerle a la tierra de cultivo. Sin embargo en nuestra basura hay todos los días una gran oportunidad. En los desechos orgánicos está el comienzo de un gran fertilizante natural: compost.
«No hay que confundir con un juntadero de mugre» señaló oportunamente el jardinero. La técnica recomendada es que acumulemos en algún lugar el residuo orgánico de todo aquello que consumimos «acelga, lechuga, cáscaras de frutas». No hay una fruta o verdura que esté prohibida. Pero sí recomienda Canziani que se busque el equilibrio porque por ejemplo si se consumen muchos cítricos puede «acidificar mucho el terreno».
El compost se trabaja en capas. Lo podemos realizar en tachos o en un pozo en la tierra. Se coloca primero una capa de hojas o pasto, luego los residuos orgánicos que fuimos juntando y finalmente un poco de guano. Un dato útil para los mendocinos es que si tienen acceso al orujo que separan en la industria vitivinícola es muy nutritivo para nuestro fertilizante. La idea es generar por fermentación una temperatura de 75 grados. Por eso, cabe señalar que el compost se hace de abajo hacia arriba. Para saber si está listo para usarse, tiene que desintegrarse en la mano. Si se realiza en verano, tomará dos a tres meses. Si empezamos el compost en invierno, es posible que demore toda la estación.
Entre los elementos que traen duda si van o no en el compost, está el papel, cartón, cáscara de huevo o yerba mate. El especialista en plantas y jardines asegura que nada de esto perjudicará nuestro fertilizante. Lo que se debe evitar es «nylon, plástico ni desechos de animales domésticos». Si hay dudas sobre el olor que puede tener el compostaje, Canziani asegura que no debiera tener. De cualquier manera aconseja colocar un poco de pasto u hojas entre cada capa de desechos.
Cerco: no lo más importante pero de gran ayuda
Si bien es cierto que puede que no sea tan necesario, si no tenemos animales, el cerco es el tercer paso para armar tu huerta. En general las personas buscan desarollar el cultivo en cajones para no tener que agacharse tanto. «Tirarse en la tierra y ver todo desde esa perspectiva como si fuéramos niños es una experiencia increíble» aconseja Canziani.
Por : Victoria Chales
Fuente:www.mdzol.com