La mortalidad por cáncer de mama disminuye en torno al 1 % cada año, con una supervivencia media superior al 80 % a los 5 años del diagnóstico gracias, entre otros factores, a las terapias más precisas que contribuyen a frenar las recaídas y, cada vez más, a controlar la enfermedad con metástasis. Así surge de las conclusiones del simposio internacional del Grupo GEICAM realizado hace pocos días en España.
La investigación ha permitido que el pronóstico en cáncer de mama haya mejorado notablemente en los últimos años gracias a diagnósticos precoces, a la identificación de pacientes que no van a necesitar quimioterapia, a una menor toxicidad de los tratamientos y a las nuevas terapias más precisas y dirigidas a dianas del tumor.
Así, la mortalidad por cáncer de mama disminuye un 1 % cada año, “un avance muy importante”, ha destacado la doctora Isabel Álvarez, miembro de la Junta Directiva de GEICAM y oncóloga
Sin embargo, también aumenta cada año un 1 % la incidencia de cáncer de mama “porque vivimos más y porque funcionan los mecanismos de diagnóstico precoz”, han señalado los especialistas.
A los 5 años sobreviven más del 80 por ciento de las pacientes, muchas de ellas curadas, pero hay que observar su evolución en los siguientes 10, 15 o 20 años ya que en un 20-30 % de los casos pueden recaer con metástasis, “el objeto de nuestros desvelos”, según el oncólogo.
El cáncer de mama metastásico es uno de los retos de la investigación y, aunque hoy por hoy no se puede hablar de curación, «hemos conseguido cronificar la enfermedad durante tiempo con índices de calidad de vida buenos para las pacientes”, ha subrayado la doctora Álvarez.
Para el cáncer de mama metastásico se abren nuevas posibilidades de tratamiento con los anticuerpos conjugados (que combinan el anticuerpo monoclonal y la quimioterapia), que actúan como “caballo de Troya» al entrar en las células tumorales y destruirlas sin dañar tanto otras células sanas.
Este es el caso del novedoso fármaco combinado trastuzumab deruxtecan que se posiciona como terapia estándar de segunda línea en cáncer de mama metastásico del subtipo HER2-positivo.
Para los cánceres de mama del subtipo triple negativo, el menos frecuente pero el más agresivo al contar con menos opciones terapéuticas, la inmunoterapia (que estimula el sistema inmune del paciente contra las células malignas) se sitúa como tratamiento en casos metastásicos y localizados.