Por Celina Cocimano
En un mundo lleno de caos y desafíos, es fácil dejarse llevar por las preocupaciones y enfocarse en lo negativo. Sin embargo, fijar la atención en lo positivo es una habilidad invaluable que puede transformar nuestra vida de manera significativa.
Fijar la atención en lo positivo implica cambiar nuestra perspectiva y enfocarnos en las cosas buenas que nos rodean. Esto nos ayuda a dejar de lado los pensamientos negativos y a adoptar una mentalidad más optimista. Al cambiar nuestra perspectiva, comenzamos a ver oportunidades en lugar de obstáculos, lo que nos impulsa a tomar acciones positivas y constructivas.
Los beneficios de pensar en positivo, según la psicología:
*Cuando nos enfocamos en lo positivo experimentamos un mayor bienestar emocional. Al dirigir nuestra atención hacia las cosas buenas de la vida generamos sentimientos de gratitud, alegría y satisfacción. Estas emociones positivas tienen un efecto directo en nuestro estado de ánimo: reduce el estrés, la ansiedad y la depresión. Además, nos ayuda a cultivar una actitud resiliente frente a los desafíos.
*También tiene un impacto significativo en nuestras relaciones interpersonales. Cuando nos enfocamos en las cualidades positivas de las personas que nos rodean, fortalecemos los lazos afectivos y generamos un ambiente de aprecio y gratitud. Además, al transmitir nuestra apreciación hacia los demás, creamos un círculo virtuoso de positividad y generosidad.
*Aumenta nuestra motivación y productividad. Al reconocer nuestros logros y avances, nos sentimos más inspirados para seguir adelante y alcanzar nuestras metas. Además, al enfocarnos en soluciones en lugar de problemas, desarrollamos una mentalidad proactiva que nos impulsa a buscar oportunidades de crecimiento y mejora continua.
Fijar la atención en lo positivo es una habilidad que podemos desarrollar y cultivar en nuestra vida diaria.
Al cambiar nuestra perspectiva, experimentamos un mayor bienestar emocional, fortalecemos nuestras relaciones, incrementamos nuestra motivación y productividad y mejoramos nuestra salud física.
Entonces, ¿por qué no comenzar a practicar el enfoque en lo positivo hoy mismo? Al hacerlo, descubrirás cómo esta simple pero poderosa práctica transforma y aliviana tu vida para mejor.
*Gratitud diaria: tomate unos minutos cada día para reflexionar sobre las cosas por las que estás agradecido. Escribí en un diario o mentalmente tres cosas positivas que hayan sucedido en tu día.
*Enfocate en el presente: practicá la atención plena o mindfulness. Concéntrate en el momento presente y observa conscientemente las cosas positivas que te rodean, como los sonidos agradables, los aromas agradables o los detalles hermosos de tu entorno.
*Evitá la negatividad: sé consciente de tus pensamientos y evitá caer en patrones de pensamiento negativos. Cuando notes pensamientos negativos, reemplazalos conscientemente por pensamientos más positivos y realistas.
*Visualización positiva: visualizá situaciones positivas y exitosas en tu mente. Imaginá cómo te sentís cuando lográs tus metas y enfocate en esas emociones positivas.
*Rodeate de personas positivas: buscá compañía de personas optimistas y positivas que te inspiren y te motiven a ver lo bueno en la vida.
*Practicá el autocuidado: dedicá tiempo para cuidar de vos. Realizá actividades que te hagan sentir bien, como ejercitarte, meditar, leer un libro inspirador o disfrutar de un hobby.
*Celebrá tus logros: reconocé y celebrá tus logros, por pequeños que sean. Esto te ayudará a mantener una actitud positiva y a valorar tus propios esfuerzos.
*Aprendé de los desafíos: en lugar de enfocarte en los fracasos o desafíos, buscá lecciones y oportunidades de crecimiento en esas experiencias. Encontrá el lado positivo y cómo te han fortalecido.
Fuente OHLALÁ (somosohlala.com)
Foto portada Getty