Opinión

En defensa de Blancanieves


Por Beatriz Salto
Se ha tejido un debate alrededor del desenlace de la historia de Blancanieves…el buen final no puede ser el beso del príncipe que la vuelve a la vida ni el “ vivieron felices para siempre”.Bruno Bettelheim, en su texto “Psicoanálisis de los cuentos de hadas”, consigue, desde lo poético y lo clínico ilustrar los avatares del crecimiento y las vías simbólicas que estas historias ofrecen a forma de guías resilientes, a través, fundamentalmente, de los mecanismos de proyección e identificación.
Los niños/as captan, en una comunicación de inconsciente a inconsciente, las complejidades emocionales que subyacen a estas narraciones fantásticas.Entienden que son irreales en el aquí y el ahora, pero no que son falsas El desdoblamiento de los personajes no hace más que poner en escena la ambivalencia que acompaña a los vínculos más significativos, la madre buena y la madrastra cruel , el padre excluído y el cazador protector. Mientras los adultos hablan desde una perspectiva más integradora y abstracta de sus sentimientos, el niño/a se siente confundido por contradicciones para las que no tiene explicación.Bueno y obediente, malo y rebelde.
Al contar el cuento, que no es lo mismo que leerlo, compartimos sentimientos y empatía para con los infortunios y las transformaciones de los personajes. Y el final feliz nos ayuda a transmitir la confianza en que no seremos completamente derrotados en la complicada experiencia de crecer.
La rivalidad edípica, tan bien expresada por la madrastra-madre que no tolera la belleza de Blancanieves, se resuelve, durante un tiempo, saliendo de la dinámica familiar.Pero los enanitos no podrán protegerla para siempre. A pesar de sus consejos Blancanieves abre la puerta y deja entrar a la madrastra con distintos disfraces, indicando que su despertar sexual motiva la necesidad de ser más atractiva.Vestidos y peinados la seducen hasta que en el tercer encuentro muerde la manzana envenenada y sus compañeros de aventura , que representan a hombres que que no puedieron acceder a una condición madura (no tienen padres, ni pareja ni hijos)ya no pueden ayudarla. Manzana, que desde el mito de Afrodita hasta la Biblia presagia grandes males,y aquí también es una situación límite que solamente el paso a una nueva modalidad existencial permite superar.
Pero la manzana que la asfixiaba, el trance de letargo o sopor, que ilustra la transición de una etapa a otra, de la misma forma que la concepción de la muerte en la infancia no es la nuestra – estar muerto es no estar disponible -, se libera con el beso del príncipe, – tal como en muchas historias las salvadoras son heroínas o princesas – beso que permite salir del encapsulamiento narcisístico y dar un nuevo sentido a los conflictos de la infancia.
Si nos vemos privados de fantasía la vida se queda a mitad de camino.Necesitamos de ella para nuestra estructuración y desarrollo de recursos internos. La escritora Paula Bombara,comentando el último diseño de Blancanieves en Disney (Clarín, 06-05-21) confunde ese beso con una situación de abuso. “Nadie puede avanzar sexualmente sobre los cuerpos de niñxs y jóvenes cuando están indefensxs”, tomando la escena de forma puramente literal. Posiblemente inspirada en el sesgo queer que propone a la sexualidad como una tecnología entre otras, y la promoción de un lenguaje que, a través del uso de la X torne insignificante la diferencia de los sexos .

No es el beso que niños y niñas comprenden como una apertura para una situación en la que estamos atascados, no es el beso que promete un encuentro liberador extrafamiliar y de madurez sexual. Aquí el príncipe es un abusador, y en opinión de Bombara un buen final feliz podría ser que Blancanieves recupere la salud
Sin fantasía no hay cultura ni crecimiento ni creatividad.La rígida literalidad adulta no puede hacer lugar a la magia ni a la esperanza.¿ Es posible que el Anti-Edipo, que Lacan definió con muy poca amabilidad, a través del mecanismo de la “cancelación de la cultura”, actual modalidad de censura, ponga en su lista al Edipo?