Elli Michler nació en Wurzburgo, Alemania, el 12 de febrero de 1923. Era una época de graves incertidumbres tanto en lo económico como en lo político. Fue hija única y su infancia estuvo protegida por el entorno familiar. Vivía con su padre que era mercante, su madre que sufría problemas auditivos y su abuela que la rodeaba de cariño.
Era una joven estudiante cuando los nazis cerraron su escuela conventual. Tuvo que interrumpir sus estudios sin obtener su diploma. Después de seis años de terror y trabajo monótono, después de la guerra aérea y la destrucción de su querida ciudad natal, para Elli Michler, que no había perdido su deseo de cultura, llegó el punto de inflexión decisivo de su vida con el trabajo voluntario para la reconstrucción de la Universidad de Wurzburgo. Durante este período que conoció al hombre que más tarde se convertiría en su gran amor: «MM», liberado del cautiverio de guerra y víctima de expulsiones de Breslavia. En Wurzburgo comenzó sus estudios universitarios en muy malas condiciones. Tres años más tarde se casaron, después de que Elli en este período marcado por tantas dificultades, había terminado sus estudios de economía y él también había terminado su preparación para una silla en la escuela secundaria. Fue con gran pesar que la joven familia tuvo que abandonar su amado Wurzburgo después del nacimiento de su primera hija. Sólo en la región de Hesse eran posibles perspectivas profesionales para ellos. Inicialmente se mudaron a Frankfurt y finalmente se establecieron en Bad Homburg en 1961. Escribir siempre fue parte de su vida, era una necesidad y una alegría. Se dedicó intensamente a ello después de los trabajos físicos y las tensiones internas resultantes del cuidado de los padres ancianos Ella compuso poemas sobre todo lo que la conmovió y por esta razón comenzó tarde con su publicación que le trajo un gran e inesperado éxito.
Recibió la Cruz al Mérito otorgada en cinta por su trabajo en poesía, en marzo de 2010. Falleció el 18 de noviembre de 2014 a la edad de 91 años.
Su poema «Te deseo tiempo» se convirtió en el favorito de los lectores, ya que fue capaz de expresar, entonces como hoy, el deseo más profundo del hombre de nuestra época.
“Te deseo tiempo”
No te deseo un regalo cualquiera,
te deseo aquello que la mayoría no tiene,
te deseo tiempo,
para reír y divertirte,
si lo usas adecuadamente podrás obtener de él lo que quieras.
Te deseo tiempo para tu quehacer y tu pensar,
no sólo para ti mismo sino también para dedicárselo a los demás.
Te deseo tiempo no para apurarte y andar con prisas sino para que siempre estés contento.
Te deseo tiempo, no sólo para que transcurra, sino para que te quede tiempo para asombrarte y tiempo para tener confianza y no sólo para que lo veas en el reloj.
Te deseo tiempo para que toques las estrellas y tiempo para crecer, para madurar. Para ser tú.
Te deseo tiempo, para tener esperanza otra vez y para amar,no tiene sentido añorar.
Te deseo tiempo para que te encuentres contigo misma o, para vivir cada día, cada hora, cada minuto como un regalo.
También te deseo tiempo para perdonar y aceptar.
Te deseo de corazón que tengas tiempo, tiempo para la vida y para tu vida.