Por Dolores Pruneda Paz
La muestra «Desde los márgenes. Gumier Maier en los 80», que hasta el 3 de marzo se puede recorrer en el Museo Nacional de Bellas Artes, reúne cerca de 90 pinturas, dibujos, ilustraciones, fotografías, publicaciones y documentos -muchos de ellos inéditos, otros prácticamente desconocidos-, de los primeros años de la trayectoria de Jorge Gumier Maier (1953-2021), una figura central de la cultura argentina contemporánea.
Con la exposición de la obra temprana de Gumier Maier, esto es: el trabajo realizado antes de revolucionar la escena artística y cultural local, el Bellas Artes cerró las inauguraciones de 2023. Las piezas exhibidas fueron realizadas entre 1978 y 1989 por este artista, curador, agitador cultural, militante de las disidencias, pensador, periodista y escritor antes de su extraordinaria gestión en la galería del Centro Cultural Rojas que implicó la renovación de las artes visuales en los años 90.
De esta manera la institución celebró la obra y la figura de Gumier Maier, «quien dejó una marca creativa y sensible en la escena artística local a través de su compromiso con una idea de cultura forjada desde los márgenes y desde el trabajo interdisciplinario y colectivo», dijo el director del museo, Andrés Duprat.
Curada por la investigadora Natalia Pineau, la exposición organiza en seis núcleos temáticos la obra iniciada por Gumier Meier en los acotados espacios de expresión de la dictadura; al tiempo que da la cocina de un trabajo que a partir de 1983, con la apertura democrática, se expandió por el floreciente circuito alternativo y contracultural porteño de los años 80, enlazando la creación plástica, la actuación teatral y performática, así como la producción de escenografías y vestuarios, la crítica de arte, la escritura de ensayos sobre la cuestión genérico-sexual y el activismo del movimiento homosexual.
En el primer piso del Bellas Artes están las pinturas, collages y dibujos realizados por Gumier Maier entre 1978 y 1982 bajo influencia de movimientos de vanguardia como el surrealismo, de la mano de artistas como Jean Dubuffet, Libero Badii y René Magritte. También los trabajos sobre figuras masculinas donde a fines de la década de 1980 recuperó aspectos de la pintura metafísica de Giorgio de Chirico o Lino Enea Spilimbergo.
«Muchas de las piezas que pueden verse en estas salas se exhiben al público por primera vez, mientras que otras tantas solo fueron expuestas en el momento de su realización», detalla Pineau, para quien «esta reunión inédita alumbra un trayecto desconocido de la carrera de Gumier Maier que, desde el presente, se muestra como condición de posibilidad de la práctica artística y curatorial que emprendería luego, durante los años 90».
¿En qué consistió el trabajo de reunión y recuperación de esas obras? Pineau le contó a Télam que empezó a ir a la casa del Delta del Tigre donde residió Gumier Maier desde mediados de los 2000 aproximadamente: «lo entrevisté durante 10 años y finalmente pude entrar a su casa de Rondó, en capital. Gumier no sabía dónde estaban sus obras y lo convencí de ir buscarlas. Como no había nada a la vista, empecé a revolver junto a un amigo suyo que vivía ahí placares y un cuartucho que tenía en un patio en el fondo y empezamos a sacar lo que había: muchas telas enrolladas, humedad, hongos, rollos de papel, en fin».
«En ese ir abriendo papel por papel, y con las entrevistas que le había hecho a Gumier Maier empecé a preguntarme ‘¿esta será lo que puso en tal lado o expuso en tal otro que me describió?’, entonces sacaba fotos de lo que iba a encontrando, se las mandaba, y él me iba contando sobre esas imágenes, sobre esas piezas», rememoró Pineau.