El fútbol como terapia social que se vive colectivamente

Si bien la clasificación de la selección de fútbol “propia” no resuelve los problemas más críticos de un país, vale destacar que es una terapia social.

Y es que, el fútbol tiene el poder de levantar el autoestima de un país, así como cualquier otro deporte practicado de forma honesta. Tal es el caso de Nelson Mandela, el hombre que unió a Sudáfrica a través del rugby.

Es que, el efecto del fútbol se refleja en muchos aspectos:

1. El ser hincha ofrece una comunidad establecida. Cualquiera puede ser parte; basta con colocarse una camiseta y apropiarse de los valores como miembro de ese grupo.

2. El sentido de pertenencia a esa comunidad aumenta la sensación de bienestar del individuo y del grupo; otorga identidad.

3. Pertenecer a esa comunidad da un lenguaje generacional común. El abuelo es capaz de comunicarse de la misma manera con el nieto, y los padres.

4. Ser hincha o aficionado le ofrece al individuo y al grupo un espacio seguro para poder expresar sus emociones, siempre y cuando no genere violencia.

5. Ser hincha permite que el individuo y el grupo, indirectamente, experimenten el éxito de los deportistas ganadores. Por ejemplo, motiva a pensar que “si ellos pueden, yo también puedo”.

Desde la psicología de masas se destaca el fenómeno del fútbol, capaz de elevar la autoestima de un país, y de generar un ‘alma colectiva’ con poder para avanzar incluso frente a las adversidades.

El ser humano permanentemente expresa sus emociones, el fútbol es capaz de canalizar sentimientos de entusiasmo y alegría ante los triunfos, pero también de frustración y desencanto ante las derrotas, a las cuales debemos aceptar y transitar.

 

Fuente: RPP Vital.
Fuente Foto: VIX.

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