Es común ver que a las mujeres que están buscando quedar embarazadas se les recomiende tomar dosis extra de ácido fólico. Se trata de una vitamina del grupo B que, reduce significativamente el riesgo de que un bebé tenga defectos de desarrollo incompleto del cerebro y de la médula espinal. Pero es importante destacar que no solamente es beneficiosa para ellas y para los bebés, sino que beneficia a todas las mujeres por ser una aliada contra la anemia, fatiga y depresión.
El ácido fólico fue descubierto por dos mujeres: la doctora Lucy Willis, de origen británico, y su colaboradora hindú M. M. Metha. En 1930 identificaron en la India un factor que era capaz de curar la anemia megaloblástica. La causa de esta anemia suele ser por deficiencias dietéticas y produce que los glóbulos rojos sean más grandes de lo normal y mueran antes de tiempo.
Al descubrirse, el ácido fólico fue llamado inicialmente «factor Willis» o también vitamina B9. Este componente pudo ser aislado, años después, de las hojas de espinacas, y pasó a ser denominado como lo conocemos hoy en día.
Beneficios para las mujeres
El ácido fólico funciona conjuntamente con las vitaminas B12 y vitamina C, ayudando a romper, absorber y usar las proteínas en el cuerpo. Juega un papel importante protegiéndonos de la anemia, ya que participa en la formación del grupo hemo, la proteína que contiene hierro en la hemoglobina. Su deficiencia puede crear a las mujeres anemia megaloblástica, manifestándose en pérdida de apetito, náuseas, úlceras bucales y pérdida de pelo. Su deficiencia crónica se manifiesta por fatiga y lengua dolorosa e hinchada.
Además, el ácido fólico ayuda a la actividad hepática y a regular los niveles de histamina en el cuerpo. Sostiene la salud mental y emocional, ya que ayuda a regular la serotonina, lo que nos normalizará el apetito, la temperatura corporal, el sueño y el estado de ánimo.
Otro dato curioso es que mantiene a raya los parásitos intestinales, protege de envenenamiento por alimentos dañados y evita un encanecimiento prematuro del cabello.
Dónde encontrarlo
La falta de ácido fólico en las mujeres es una de las deficiencias de vitaminas más comunes en el género femenino. La razón suele ser puramente dietética, por las elecciones que se realizan en el día a día: comida de origen animal (con excepción del hígado) que son bajas en ácido fólico, mientras que los alimentos vegetales son fuentes excelentes pero no tan consumidos.
Tampoco ayuda a mantener unos buenos niveles un cambio en nuestras necesidades corporales (por ejemplo, en la gestación), el consumo de alcohol o de determinados medicamentos (como las píldoras anticonceptivas).
El cuerpo humano es incapaz de sintetizar ácido fólico, por lo que es totalmente dependiente de las fuentes externas para obtenerlo. Su déficit se puede solucionar con vitaminas y con tratamientos con suplementos farmacológicos, pero los niveles de esta sustancia también pueden prosperar con un estilo de vida saludable centrado en consumir alimentos sanos que contengan ácido fólico.
El ácido fólico se encuentra en las verduras de hoja verde como son las espinacas, kale, acelgas, coles, guisantes, coles, espárragos, brócoli, judías, aguacates, naranjas, nueces y almendras. También en cereales en grano, legumbres y algunas vísceras de animales como el hígado. Otros alimentos ricos en ácido fólico son levadura de cerveza, la soja y la harina de soja, champiñones, dátiles, coco y moras.
Las recomendaciones de ácido fólico en mujeres adultas sin necesidades especiales es de 400 microgramos al día. La sustancia es extremadamente sensible y fácil de destruir por la luz o por el calor, por lo que es preferible el consumo de estos alimentos, siempre que sea posible, de forma cruda o con el mínimo procesado.