El abandono escolar consiste en que una persona que se encuentra estudiando en un determinado nivel deja el sistema educativo antes de graduarse. También se denomina abandono escolar temprano. No debe confundirse con el fracaso escolar, que se produce cuando una persona suspende los exámenes de grado.
Por lo general el abandono escolar aparece vinculado a la reprobación, al ausentismo, a problemas familiares, a problemas económicos y a problemas de salud o embarazo.
Para evitar el abandono escolar debemos tratar de que el estudio sea atractivo, cubrir necesidades básicas, aprender diversos temas, no quedarse únicamente con lo que obtenemos en la escuela, estimular el desempeño académico y favorecer buenos ambientes para una reinserción en caso de haber tomado una decisión. Pero lo fundamental es el diálogo con el alumno y la familia para saber la realidad que vive tratando así de incorporarlo nuevamente al establecimiento escolar.
Paulo Freire define la deserción escolar como la responsabilidad voluntaria del sujeto de abandonar el grupo o la escuela o involuntariamente en el caso de los menores que dependen de la decisión de sus padres o tutores donde influyen factores que son determinantes como el social ,cultural y económico. También afirma que es importante en la escuela no solo estudiar, si no también crear lazos de amistad, crear un ambiente de camaradería, sabiendo convivir y uniéndose sin establecer diferencia alguna , sosteniendo que » La educación es praxis, reflexión y acción sobre el mundo para transformarlo, según Freire la educación es un acto de amor, de coraje, de práctica de la Libertad, dirigida hacia la realidad.
Como buen pedagogo sostiene que una manera de evitar el abandono escolar es ofrecer una educación que busque el pleno y auténtico desarrollo del otro.
Tengamos presente que la deserción escolar afecta al desarrollo de la persona, primeramente, no adquiere los conocimientos necesarios para el mercado laboral, y esto a su vez, no le permite acceder a un trabajo forma, lo que repercute directamente en su nivel de ingreso Y por ende su bienestar y de su familia, aumentando la probabilidad de que no termine sus estudios.
Frente a este mal es bueno crear programas de prevención de riesgo y fortalecer la protección educativa. Apoyar el liderazgo de docentes para guiar a los estudiantes. Crear un sistema de alerta temprana de deserción escolar y brindar orientación vocacional.
Pero más aún siempre debemos trabajar en base al contexto situacional en donde se encuentra nuestra escuela , conocer la realidad del alumno y su familia y buscar estrategias que logren que el niño se apropie de su institución escolar.
Por Marisa Plano
Lic. en Ciencias de la Educación