Duki y sus fans a full en el recital rosarino

(Por Mateo Fabre) Duki, el máximo referente del trap nacional, brindó anoche un show contundente repleto de hits que despertó la euforia de sus fans reunidos en el Metropolitano de la ciudad de Rosario, en lo que fue su última presentación dentro del país antes de continuar su gira «Desde el fin del mundo», que lo llevará por los principales escenarios de países como Uruguay, Puerto Rico, Estados Unidos y España.

La reconocida empatía del cantante con sus seguidores lo llevó a detener en varias oportunidades el recital para cuidar la seguridad e integridad de su público, que entre el amontonamiento y el entusiasmo provocó desde el inicio del evento desmayos e indisposiciones.

Si bien esto hizo que al comienzo el show no lograra fluidez, nada opacó los insuperables hits del «Duko» cuando por fin pudo desplegar su música, acompañado de una potente banda que nunca perdió concentración.

Desde la madrugada previa las inmediaciones del Salón Metropolitano se habían visto colmadas de fanáticos que, cargando reposeras, víveres, heladeritas y hasta unas cuantas carpas, se apostaron en la puerta principal para ingresar primeros al predio y disfrutar de su ídolo musical «lo más cerca posible».

En la fila que más tarde se formaría tras ellos, se agruparon niños y adolescentes vestidos con prendas «oversize», chalecos de rapero, y hasta algunos con la cara pintada imitando los tatuajes que lleva Duki como marca registrada del género urbano. También podían verse adultos y padres acompañando a sus hijos más pequeños.

Cuando apenas faltaban seis horas para el inicio del esperado recital, el cantante oriundo del barrio porteño de Almagro agitó las redes sociales y desde su Instagram se dirigió a su público rosarino: «Hoy se pudre todo, estamos full sold out, vamos a romper Rosario», a la vez que anunció que agotó las entradas para su presentación de la semana próxima en Uruguay.

Con una puesta de luces avasallante y una banda arrolladora, el músico salió al escenario a las 21.15, cuando las primeras cuerdas de «Hello Cotto» comenzaron a sonar frente a su enardecido público.

Sin poder acabar la interpretación, el frontman acalló a su banda y esperó a que la organización asistiera a chicas y chicos agobiados tras los primeros saltos y bailes de pogo.