«Millones de personas en todo el mundo sufren trastornos por consumo de sustancias. Aunque son muchos los factores que determinan si una persona que empieza a consumir acaba por volverse adicta o no. Ciertas drogas son más adictivas que otras.
Alcohol
El alcohol mata a 3 millones de personas cada año y está relacionado con más de 200 patologías diferentes, por esto muchos expertos lo catalogan como la sustancia más peligrosa del mundo. Beber alcohol forma parte de nuestra vida diaria.
El alcohol funciona en particular inhibiendo los receptores de un neurotransmisor llamado NMBA y aumentando los niveles de dopamina en el cerebro. Los niveles de dopamina se incrementan de forma gradual al consumo de alcohol. En experimentos con roedores, se ha demostrado que el alcohol aumenta los niveles de dopamina entre un 40 y un 360 por ciento. Sobre sus capacidades adictivas, se estima que alrededor del 22% de las personas que han probado el alcohol se volverán dependientes de él de por vida.
Heroína
Algunos estudios definen la heroína como la droga más adictiva del mundo. Este fármaco es un opioide y actúa muy rápidamente, especialmente cuando se inyecta. Viaja a través del cerebro de 100 a 1000 veces más fácilmente que otras drogas duras, como la morfina. Proporciona un intenso placer inmediato conocido como «subidón» seguido de un período de «clímax» durante el cual el individuo experimenta una sensación de flotar, como si estuviera en un sueño.
Los experimentos con animales de laboratorio han demostrado un aumento del 200% en los niveles de dopamina en el sistema de recompensa del cerebro. Además de este factor altamente adictivo, el peligro de la heroína proviene del hecho de que la dosis letal es solo 5 veces mayor que la dosis requerida para la adicción. En términos de daño, la heroína ocupa los primeros puestos debido a las consecuencias que puede tener para las personas, su entorno y a la sociedad.
Crack
La cocaína base, que circula bajo los nombres de «crack» o «base libre», es un derivado del clorhidrato de cocaína, producido por la adición de bicarbonato o amoníaco. Esta transformación cristaliza el polvo en pequeños fragmentos conocidos como chinas o guijarros, que se utilizan para fumar o para inyección.
El efecto de la base de cocaína es mucho más fuerte que el del clorhidrato, aparece más rápido, pero tiene una duración mucho más corta, lo que tiene consecuencias en el consumo. Las personas adictas lo hacen en mayor cantidad y más frecuentemente.
Las Metanfetaminas
La metanfetamina es un polvo cristalino blanco, inodoro, de sabor amargo, fácilmente soluble en agua o alcohol. La metanfetamina se elaboró a partir de la droga principal anfetamina a principios del siglo XX.
Conocida como «vidrio», «hielo» y «cristal» o “speed”, la metanfetamina es un estimulante del sistema nervioso central que produce efectos similares a los de la cocaína cuando se fuma. Su consumo continuado altera el sistema de control del placer en el cerebro y puede causar problemas cognitivos y emocionales a los consumidores. Según el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA), la cantidad de muertes por sobredosis relacionadas con la metanfetamina en los Estados Unidos casi se triplicó entre 2015 y 2019.
La Cocaína
La cocaína (o clorhidrato de cocaína) es un alcaloide extraído de las hojas de coca. Se presenta como un polvo blanco y se ingiere con más frecuencia por la nariz, a veces por los pulmones (inhalación bucal o nasal de humo o vapor) o por vía intravenosa (inyección).
La cocaína interfiere directamente con la forma en que el cerebro usa la dopamina para transmitir información de una neurona a otra. En pocas palabras, la cocaína evita que las neuronas apaguen la señalización de la dopamina. Esto conduce a un aumento anormal de la actividad de los circuitos de recompensa del cerebro.
Provoca un período de euforia seguido de un período de depresión. Con el tiempo, la duración de la fase eufórica disminuye, lo que requiere un aumento de la dosis del fármaco. En dosis altas, la cocaína puede causar paranoia y psicosis.
En experimentos con animales, la cocaína aumentó los niveles de dopamina en más de 3 veces los niveles normales. Alrededor del 21 por ciento de las personas que prueban la cocaína se vuelven dependientes de ella en algún momento de sus vidas.
El GHB es una versión sintética de GABA, es conocida como droga de club o droga de violación y pertenece a las drogas de diseño. El GHB funciona imitando la acción del GABA natural, un neurotransmisor que bloquea los impulsos entre las neuronas del cerebro, somos incapaces de reaccionar. Los efectos del GHB son de corta duración, de 2 a 4 horas, pero el síndrome de abstinencia es prolongado, por lo general de 10 a 14 días.
Benzodizipainas
Las benzodiazepinas, a veces llamadas «benzos», se usan para tratar la ansiedad, el insomnio y los trastornos de pánico. Xanax es el nombre comercial de una benzodiazepina llamada alprazolam, también se incluyen en esta categoría el Valium y el Klonopin. Las benzodiazepinas han sido objeto de críticas en los últimos años. La disponibilidad de ciertos medicamentos contra la ansiedad ha provocado lo que algunos llaman una epidemia de adicción a los medicamentos con receta.
Aunque a menudo lo prescribe el médico de cabecera, también se puede obtener ilegalmente en la calle. Quizás lo más peligroso de este tipo de drogas es su disponibilidad. Está fácilmente disponible en Internet y, a menudo, se encuentra en los botiquines, lo que lo hace accesible para mucha gente, incluyendo adolescentes. El Xanax está diseñado para apagar los sentimientos de miedo y emoción, haciéndola extremadamente adictiva. Debido a que funciona cambiando los químicos en el cerebro, el uso a largo plazo puede causar efectos secundarios graves.
Ketamina
La ketamina, que en su día se utilizaba como tranquilizante para caballos, es un potente anestésico que se convirtió en una popular droga de discoteca en los años noventa. Puede utilizarse con seguridad para tratar el dolor, la ansiedad y la depresión en las dosis correctas.
Pero si alguien toma demasiada o se automedica con ketamina, conlleva un elevado número de riesgos. Entre ellos, la hipertensión, los ritmos cardíacos anormales, la confusión y la disfunción hepática. Con su capacidad para alterar el estado mental de una persona, la adicción a la ketamina puede hacer que la gente tome decisiones irracionales que la pongan en peligro o incluso en riesgo de muerte.
Metadona
La metadona es un opioide que se usa comúnmente para tratar la adicción a la heroína o la morfina, por lo que la tolerancia a esta droga se considera beneficiosa en entornos clínicos. Aunque el riesgo de adicción es bajo cuando se toma según lo prescrito y bajo supervisión médica, las personas que utilizan esta droga de forma recreativa pueden volverse adictas. La metadona funciona de manera similar a la heroína, y la abstinencia es difícil, y suele durar más de un mes.
Fentanilo
Los opioides son sustancias derivadas de la planta de adormidera o amapola real que reducen el dolor y aumentan el placer. El fentanilo es 100 veces más potente que la morfina y se usa legalmente para tratar el dolor crónico, pero se ha convertido rápidamente en uno de los analgésicos adictivos más peligrosos. Se estima que los opioides fuertes como el fentanilo son responsables de más de la mitad de las muertes relacionadas con las drogas.
Como otros opioides, actúa sobre los receptores de dolor y placer en el cerebro, lo que puede causar estados de extrema felicidad y relajación. Por lo tanto, tomar altas dosis de fentanilo puede ser muy adictivo.
Oxicodona
La oxicodona es una versión sintética de un opioide que a menudo se usa como analgésico que se vende bajo las marcas Roxicodone y OxyContin y se usa para tratar el dolor moderado a intenso, crónico o puntual. Si bien es muy efectivo para aliviar el dolor, puede convertirse en una adicción crónica si se comienza a depender de él todos los días.
Morfina
Al igual que la heroína, la morfina provoca intensos subidones, su disponibilidad puede hacer que la morfina sea peligrosa para la adicción. La morfina es considerada menos dañina que otras drogas con efectos parecidos debido a sus propiedades medicinales, pero puede ser fatal cuando se toma en exceso, y especialmente cuando se mezcla con alcohol. Cuando se combina con otros depresores del sistema nervioso central, la morfina puede causar somnolencia extrema, dificultad para respirar e incluso coma».
Fuente ASZ Salud