Como en todas las etapas de la vida, la tarea docente en el desarrollo de los niños y adolescentes es fundamental. En Brasil, a través de campañas que apuestan a la creatividad y a llamar la atención de los jóvenes con imágenes, los docentes cumplen un papel fundamental para prevenir e intentar terminar con la violencia de género. Les ayudan a reconocer los vínculos abusivos y a romper el círculo de violencia.
En Brasil, las mujeres jóvenes están expuestas a la violencia de género todos los días. Según el Anuario Brasileño de Seguridad Pública, las mujeres de 15 a 19 años representaron el 7% de las víctimas de femicidio en 2019. Además, el pico de casos por violación se produce a los 13 años: las niñas de esta edad son el 12% de las víctimas, según la misma publicación.
Por ello, pensar en formas de identificar las relaciones abusivas y cambiar esta situación fue el desafío lanzado a jóvenes de 14 a 18 años de todo Brasil a través del Concurso Ley Maria da Penha (nombre de la ley brasileña contra la violencia de género), organizado por el Banco Mundial, la Cámara de Diputados, Facebook y el Instituto Avon. Esta fue la séptima edición del concurso, que desde 2013 premió a creadores de vídeos, fotografías, dibujos, aplicaciones y canciones.
De 70 vídeos presentados sobre el tema, cinco (uno de cada región de Brasil) fueron premiados, todos con hasta un minuto y elegidos en una votación popular en Internet. La respuesta vino en formas de dramatización y poesía, a veces en formato de animación, otras con actores no profesionales, pero siempre de forma clara y didáctica:
“Primero te tratará como a una reina. Luego empiezan las agresiones… Especialmente las psicológicas”, describe la estudiante Sofia Rambo, de Pareci Novo, Rio Grande do Sul, en Eso no es Amor.
“No me dejaba salir con mis amigos … No me dejaba hablar con mi madre ni con mis hermanas … Me prohibía usar la ropa que quería … No me dejaba llevar mi teléfono … Me maldecía … “, cuenta la joven entrevistada por Carmo dos Santos Sousa, de São Julião, Piauí, en el mini documental Estudiar + Trabajar = Empoderar.
“Dice: ‘Linda, no volveré a hacer esto’; y tú, tonta de amor, lo crees”, dice la joven del vídeo 1, 2, 3 …, de Lucas Henrique Costa, de la zona rural de Bonito, Mato Grosso do Sul.
“Desde muy pequeñas escuchamos que cuando el chico de la escuela viene y nos tira del pelo o se burla de nosotros todo el tiempo, lo hace porque le gustamos. Y así aprendemos mal desde el principio”, reflexiona una de las participantes del vídeo Preludio, de Sofia Borodiak, de Sorocaba, São Paulo.
“Decidí amarme a mí misma / Antes de que mi vida acabara, a las mentiras puse fin / Y un canto de libertad resonó dentro de mí”, concluye poéticamente el vídeo Dueña de Mí, dirigido por Mary Lene Santos, de Manaus, Amazonas.
El rol de los maestros
Para llevar la reflexión a rincones tan diferentes y distantes del país, es imprescindible una figura: la de los docentes, sin importar la disciplina que enseñen. Otro papel muy importante que juegan ellos y la comunidad escolar en general es el de identificar y evitar las relaciones abusivas entre los propios jóvenes, según los profesores que guiaron a los ganadores del concurso.
“Cuando abordé el tema por primera vez, una estudiante se me acercó después de clase y me dijo que tuvo una relación abusiva y que de esa relación tuvo una hija. Le hablé sobre la oportunidad de convertir el trauma que sufrió en una oportunidad de aprender, enseñar y alertar a otras mujeres jóvenes sobre la relación abusiva. Le pedí que escribiera su historia y pensaríamos en una forma de contarla. Entonces, la pedagoga y yo reunimos al grupo y comenzamos a buscar la mejor manera de hacer el vídeo”, recuerda Ivane Mariano dos Santos, profesora de arte y coordinadora del vídeo Dueña de Mí.
“Muchos adolescentes y niños ven la escuela como su único espacio seguro y tienen a los profesores como los únicos adultos que realmente escuchan y están ahí para apoyar”, comenta la profesora de historia Milene Martinez, supervisora del vídeo Preludio y ganadora del concurso por segunda vez (la primera fue en 2014). Milene trabaja en la misma escuela desde hace ocho años y se define como feliz y orgullosa de contar con la confianza de colegas, alumnos y padres, pero reconoce que no todos los profesores tienen la misma libertad o estructura para trabajar el tema en la clase.
El principal obstáculo para este trabajo son a menudo los prejuicios y la resistencia de los propios estudiantes, especialmente en una etapa de la vida en la que tienden a desafiar la autoridad de los profesores.
“Ya me he enfrentado a la resistencia de alumnas que se sentían merecedoras de un par de bofetadas de sus novios, porque creían que estaban equivocadas y se las podían castigar”, recuerda Jaqueline Aparecida dos Santos, profesora de biología, química, física y portugués y coordinadora del vídeo 1, 2, 3…
La profesora de literatura portuguesa y brasileña Lidiane Chagas de Carvalho, quien coordinó el vídeo Estudar + Trabalhar = Empoderar, tiene una experiencia similar. “En temas delicados como las relaciones abusivas y la agresión, noto que a veces algunos estudiantes no le dan la debida importancia: se lo toman por diversión, no reflexionan ni participan, como si el tema estuviera fuera de la realidad”, comenta. No obstante, continúa el trabajo y cree que, con el acceso a mejores metodologías, sería posible sensibilizar aún más a los estudiantes.
A falta de estas metodologías, Lidiane y otros profesionales apuestan por el audiovisual y la creatividad para generar confianza entre los estudiantes y conectar con ellos.
“Ser docentes va más allá de enseñar la materia en la que nos formamos; también debemos estar atentos a los problemas de las culturas juveniles”, reflexiona Maria Eduarda Götz, profesora de matemáticas y física y coordinadora de Eso no es Amor. El vídeo comenzó como un proyecto de tres estudiantes, que ya habían llevado el tema a una feria de ciencias en 2019, y terminó involucrando a toda una clase de primer año de secundaria.
“Nosotros, como docentes, tenemos que pensar en diferentes estrategias para abordar situaciones que están presentes en su vida diaria. Además, como las tasas en Brasil siguen siendo altas, es importante que se realicen debates, reflexiones y proyectos que promuevan la educación en el combate a la violencia contra las mujeres”, agrega Götz.
Fuente: El País