La dislexia es un trastorno que consiste en la dificultad en la lectura debido a inconvenientes para identificar los sonidos del habla y aprender a relacionarlos con las letras y las palabras (decodificación). Por ejemplo: se omiten letras, sílabas o palabras completas, o intercambiarlas y agregarlas cuando se lee y escribe. O se pasan por alto errores cuando al escribir. Pero ello no significa una merma de la capacidad intelectual. De hecho, genios como Einstein, o Beethoven eran disléxicos.
La dislexia se presenta en aproximadamente entre el 5 y el 10 por ciento de las personas en todo el mundo, lo que la convierte en el trastorno de aprendizaje más común.
Los síntomas pueden presentarse ya en la infancia. Los niños se ven afectados dos o tres veces más a menudo que las niñas.
En la escuela, los niños con dislexia pueden tener dificultades para reproducir o describir el contenido de los textos en una clase de lenguaje, como un texto que acaban de leer.
Las dificultades pueden presentarse en cualquier asignatura escolar en la que se requiera leer y escribir, incluso en matemáticas, o cuando se presenta un ejercicio como un texto.
Las personas con dificultades para leer y escribir tienen que hacer frente, sobre todo, a los prejuicios que les afectan, ya que la dislexia acompaña a muchas personas a lo largo de su vida. Primero en la escuela, luego en el trabajo y en la vida cotidiana.
Sin embargo, la dislexia no dice nada sobre el intelecto (o el talento creativo) de las personas que la padecen. Entre los disléxicos famosos, se encuentran Albert Einstein, Ludwig van Beethoven, Charles Darwin, Ernest Hemingway, Agatha Christie y Whoopi Goldberg, entre otros.
Las causas de la dislexia aún no se comprenden del todo. Sin embargo, investigadores de Dresde, en Alemania, afirman haber podido demostrar, por primera vez, que la dislexia está relacionada con cambios en la función y la estructura de una parte específica del cerebro humano llamada tálamo visual.
El tálamo visual es una región cerebral clave que conecta los ojos con la corteza cerebral, que es importante para nuestra capacidad de razonamiento, emoción, pensamiento, memoria, lenguaje y conciencia.
Gracias a un sistema especial de resonancia magnética, en el Instituto Max Planck de Ciencias Cognitivas y Cerebrales Humanas de Leipzig los investigadores pudieron estudiar el tálamo visual con un detalle sin precedentes en humanos vivos.
Los investigadores descubrieron que las personas con dislexia muestran cambios en la función y la estructura de la parte sensible al movimiento del tálamo visual. Estos cambios son particularmente evidentes en los disléxicos masculinos.
El estudio, que fue publicado en la revista Brain, involucró a 25 personas con dislexia y 24 sujetos de control. «Abre el camino para futuras investigaciones destinadas a obtener una comprensión más completa de los mecanismos cerebrales subyacentes a la dislexia», explica Katharina von Kriegstein, presidenta de Neurociencia Cognitiva y Clínica en la Universidad Politécnica de Dresde, y una de las autoras de la investigación.
Los hallazgos «podrían conducir al desarrollo de nuevos tratamientos y terapias», afirma Christa Müller-Axt, investigadora asociada de la Universidad Politécnica de Dresde, que también colaboró en el estudio.
Fuente DW