Que le dediquemos poco tiempo a estas comidas no significa que deban ser menos saludables. Para hacerlas más nutritivas y completas, sólo basta con incorporar algunas recetas caseras que deleitarán a toda la familia.
Muchas veces, el ritmo de vida cotidiano hace que los desayunos y meriendas pasen volando y que signifiquen comer cualquier cosa parados y sin pensar en lo que se ingiere, pero nunca es tarde para repensar este hábito y elegir alimentos más saludables.
Basta con mirar la información nutricional de un paquete cualquiera de galletitas dulces industriales, para ver que tienen un altísimo contenido de grasas (entre ellas, las grasas “trans”, que aumentan el colesterol y tapan las arterias) y azúcares y aportan gran cantidad de calorías de muy mala calidad. Dejar a un lado la grasa de la carne y después ingerir esa misma grasa al comer galletitas dulces es un sinsentido peligroso para la salud.
Otro tema son los copos de cereales: cuanto más “escarchados” y coloridos, peor. Están repletos de sodio, azúcar y colorantes artificiales. De hecho, hay unos anillitos de colores que los pediatras comparan con poner montones de caramelos en un plato y rociarlos con leche.
Aunque la receta incluya manteca, azúcar y chocolate, algo preparado en casa siempre tiene menos proceso que una galletita industrial. Y al optar por aceites vegetales, azúcar integral y frutas, es posible hacer una verdadera diferencia. Por eso, preparar las galletitas en casa, hacer un pan al que se le pueda untar miel (recordar que la miel no es un ingrediente apto para niños menores de 12 meses) o una buena mermelada y exprimir un jugo en vez de preparar uno de polvito son cambios que benefician a todos los miembros de la familia y, además, en los que todos pueden participar, porque meter las manos en la masa es una actividad que los chicos adoran.
Para hacer de los desayunos y meriendas en familia momentos más saludables, te proponemos algunas recetas:
Galletitas de naranja: se hacen con verdadero jugo de fruta y los chicos se pueden entusiasmar y exprimir un vaso para acompañarlas. Un buen aporte de vitamina C. Ver receta
Muffins integrales de banana: sin azúcar blanca refinada, aportan toda la dulzura y los nutrientes de la miel y de la banana. ¡Los chicos pueden ayudar!. Ver receta
Pan integral casero: la harina integral es un verdadero alimento, ya que al no haber sido refinado, el trigo conserva toda la fibra, vitaminas y minerales del grano entero. Ver receta
Jugo energizante: manzana, zanahoria y jengibre frescos. Un shock de vitaminas con el que no puede competir ninguna bebida industrializada. Ver receta
Jugo de naranjas con bananas (a partir de ocho meses): para que los más chiquitos de la casa se vayan acostumbrando a disfrutar de la fruta fresca en vez de las bebidas artificiales. Ver receta
Fuente: Planeta Mama