Salud y bienestar

Cuando tomás pastillas anticonceptivas, ¿baja el deseo sexual?


Por Laura Gambale

Es difícil dar una respuesta cerrada a lo que ocurre en el cuerpo de todas las mujeres al tomar pastillas anticonceptivas. Pero, con la ayuda de la microbióloga María Cecilia Belgofff intentaremos comprender qué sucede durante el ciclo menstrual cuando tomamos pastillas anticonceptivas y cómo éstas pueden afectar nuestro deseo sexual.

¿Es verdad que tenemos menos ganas de tener sexo? Antes de dar la respuesta, Ceci marca una diferencia fundamental: “Aunque la libido y el deseo sexual a menudo se usan indistintamente, existen diferencias sutiles y están relacionadas con conceptos diferentes”.

Nos cuenta que la libido se refiere específicamente al impulso natural (también llamada energía sexual) que una persona experimenta, y que esta puede manifestarse como un deseo de contacto físico y sexual, pero también puede expresarse de otras formas, como en el deseo de intimidad emocional, la estima personal, la creatividad y la motivación.

 

El deseo sexual, por su parte, se refiere al deseo propiamente dicho de tener interacciones sexuales con otra persona. En este caso, el deseo está “más relacionado con los pensamientos, emociones y fantasías que acompañan a la libido en un momento dado, y puede ser influenciado por factores externos como la atracción física, la conexión emocional o el contexto social”.

Otra diferencia importante: “El deseo sexual puede ser influenciado por factores como la salud, el estrés mental o la satisfacción en la relación, mientras que la libido es influenciada por factores biológicos, como las hormonas y los neurotransmisores”.

Es necesario que hablemos de la libido para comprender qué pasa químicamente en nuestros cuerpos cuando tomamos (o suspendemos) los anticonceptivos.

De la libido se suele hablar en términos de “alta” o “baja”, ya que no existe una medición numérica específica. Si bien todas somos distintas y cada cuerpo es particular, también es cierto que todas las mujeres compartimos un mismo ciclo menstrual en el que hay involucradas hormonas sexuales principales y neurotransmisores que impactan directamente en la libido que, a su vez, nos provocan cambios sustanciales de acuerdo a cada fase del ciclo.

Ceci nos cuenta más: “Diversos estudios determinaron que la libido comienza a manifestarse en el momento que inicia la menstruación y va aumentando hasta alcanzar su pico más alto aproximadamente a los 14 o 15 días, justo antes de la ovulación”. A su vez, durante el ciclo, los niveles de estrógenos y de progesterona -dos hormonas claves- varían: “Los estrógenos aumentan el deseo sexual y elevan el estado anímico debido a su interacción con los neurotransmisores, mientras que la progesterona los reduce”.

La píldora combinada, según sostiene la experta, es un método anticonceptivo masivo, fiable y fácilmente reversible, con diferentes dosis de estrógeno y progestina que evitan la ovulación.

 

“Las mujeres que utilizan métodos anticonceptivos hormonales no suelen tener estas fluctuaciones en su libido, ya que las hormonas sintéticas en los métodos anticonceptivos buscan evitar la ovulación”, dice.

Y llegamos al punto crucial: “A pesar de que algunas mujeres no notan cambios en su libido mientras toman la píldora, uno de los efectos secundarios no deseados de los métodos anticonceptivos hormonales es la libido baja, algo de lo que poco se habla”.

Entonces, ya sabemos que la libido es uno de los factores que cambia de manera natural y esperable durante el ciclo menstrual, excepto que estés usando anticonceptivos. De cualquier forma, nos parece que está bueno conocer cuáles son las hormonas sexuales que intervienen en las distintas fases del ciclo y cómo afectan nuestro estado anímico y físico, además de condicionar, como ya vimos, nuestras ganas de tener sexo.

Antes de empezar a detallarlas una a una, Ceci nos recuerda a qué llamamos hormonas: “Son sustancias que circulan por la sangre hacia los órganos y tejidos, actuando como ‘mensajeros químicos’ del cuerpo en diferentes procesos, entre ellos, la reproducción. Las hormonas sexuales femeninas preparan nuestro aparato reproductor para la recepción del esperma y la implantación del óvulo fecundado, y afectan a nuestro estado de ánimo, al deseo y a la respuesta sexual”.

Una a una: las hormonas sexuales y sus funciones

Estrógenos: son producidos principalmente por los ovarios y por la placenta durante el embarazo. Las más relevantes son la estrona y el estradiol, correspondiendo a la primera la función de preparar la ovulación y a la segunda, regular el ciclo menstrual. Los estrógenos también influyen en nuestra libido, así como en nuestro comportamiento emocional, al estar vinculados con los neurotransmisores de “la felicidad”, siendo mayor el deseo sexual, el optimismo, las sensaciones de bienestar y plenitud cuanto mayor es su presencia.

Progesterona: al igual que los estrógenos, es producida principalmente por los ovarios (y la placenta durante el embarazo). Está íntimamente involucrada en el embarazo, la embriogénesis y, claro está, en el ciclo menstrual. La actividad de la progesterona se incrementa en la segunda semana (fase pre ovulatoria) para preparar al cuerpo ante un hipotético embarazo, contribuyendo a la creación y engrosamiento del endometrio, es decir, la mucosa que recubre el interior del útero para alojar al óvulo fecundado y que será expulsada a través de la menstruación en el caso de que no se haya producido un embarazo.

Además, esta hormona aumenta el tamaño de los pechos en los días previos a la menstruación, afecta al estado anímico -ya que produce cierto efecto depresivo en el Síndrome Premenstrual- y reduce los niveles de la libido a sus mínimos.

Andrógenos: son un grupo de hormonas sexuales (testosterona, androsterona y androstenediona) marcadamente masculinas, que también influyen en el desarrollo reproductivo de las mujeres. La testosterona, producida principalmente por los ovarios, influye tanto en el ciclo como en la libido. Si bien no hay un consenso científico en cuánto, sí se observa que los mayores niveles se producen justo antes de la ovulación.

Los neurotransmisores y el deseo femenino

Al igual que las hormonas, la científica especializada en estos temas destaca el papel fundamental que los neurotransmisores juegan en el deseo femenino.

“Los neurotransmisores son biomoléculas cuya función principal es transmitir información desde una neurona a otra, a una célula muscular o a una glándula, mediante la sinapsis (espacio que las separa), por lo que es una sustancia química clave a la hora de transferir estímulos nerviosos”, nos cuenta.

Neurotransmisores más significativos

Endorfinas: diversas investigaciones apuntan a que las endorfinas incrementan la libido, potencian las relaciones sexuales y facilitan la creación de vínculos románticos entre los amantes, especialmente en los días previos a la ovulación.

Serotonina: sus niveles varían de manera natural durante el ciclo, descendiendo significativamente en la fase premenstrual, lo que puede causar episodios de ansiedad, tristeza, irritabilidad, insomnio y depresión, típicos del síndrome premenstrual (SPM).

Oxitocina: como neurotransmisor, esta molécula se libera en grandes cantidades durante el sexo y, sobre todo, durante el orgasmo.

Dopamina: como neurotransmisor y, al igual que la oxitocina, no hace falta que tengas un orgasmo para que aparezca: sus niveles aumentan notablemente en la fase preovulatoria.

Para más información: María Cecilia Belgoff. IG: @cecibelgoff

Fuente: www.somosohlala.com