La nueva variante de la Covid-19 detectada por primera vez en Sudáfrica fue clasificada hoy como “preocupante” por la Organización Mundial de la Salud (OMS) ante su “alto número de mutaciones” y su potencial de propagación, y llevará el nombre Ómicron.
“La variante B.1.1.529 fue notificada por primera vez por Sudáfrica el 24 de noviembre de 2021. Tiene un gran número de mutaciones, algunas de las cuales son preocupantes”, indicó el grupo de expertos de la agencia sanitaria encargado de monitorear la evolución del virus y que sumó a Ómicron a Alpha, Beta, Gamma y Delta en el listado de “preocupantes”.
“La evidencia preliminar sugiere un mayor riesgo de reinfección con esta variante, en comparación con otras”, añadieron los especialistas e indicaron que los casos vinculados “parece estar aumentando en casi todas las provincias de Sudáfrica”.
Si bien Ómicron va camino a convertirse en dominante en el sur de África, fuera de esa región se informaron hasta ahora pocos casos: en Hong Kong primero y hoy se descubrió también en Israel y Bélgica.
En Israel se detectó en un pasajero proveniente de Malaui que está vacunado contra el coronavirus y hay dos casos sospechosos, también inmunizados, que permanecen confinados.
En Bélgica, la mutación se halló en una persona que viajó desde Egipto y no se había inoculado previamente contra el virus.
“Tenemos un caso confirmado de esta variante. Se trata de alguien que vino del extranjero y dio positivo el 22 de noviembre y no estaba vacunado”, dijo el ministro de Salud belga, Frank Vandenbroucke, en una conferencia de prensa.
Ante esta situación y mientras se estudia el posible alto impacto en la transmisibilidad y la respuesta de inmunidad que ofrecen las vacunas actuales, varios gobiernos decidieron prohibir los vuelos desde y hacia Sudáfrica, Lesotho, Botswana, Zimbabwe, Mozambique, Namibia y Eswatini, Francia, España, Italia, Reino Unido, Alemania, Países Bajos, Singapur, Austria, Guatemala e Israel son algunos de los países que tomaron primero la decisión que luego fue replicada por la Unión Europea (UE) para todo el bloque en principio por dos semanas.
Poco efecto tuvo la exhortación realizada antes por la OMS, que repitió que desaconseja la suspensión de vuelos ya que prefieren un “enfoque científico, basado en los riesgos”.
En la misma línea, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de África rechazaron hoy “enérgicamente” los vetos y restricciones de viaje.
“Durante esta pandemia, hemos observado que imponer prohibiciones a los viajeros de los países donde se reporta una nueva variante no ha producido un resultado significativo”, recalcó esta institución dependiente de la Unión Africana en un comunicado.
También hubo una reacción del Gobierno de Sudáfrica, que consideró “apresuradas” las medidas que cortaron el tráfico aéreo e instó al mundo a “luchar juntos”, permitiendo la llegada masiva de inmunizantes que corten la escalada en la transmisión.
“Permítannos cortar el poder de la nueva variante vacunando para limitar las mutaciones y salvar nuestro verano porque las vacunas pueden luchar contra las variantes”, señaló el Ejecutivo en un comunicado donde destacó que “luchando juntos” el mundo será capaz de “ganarle” a la Covid-19.
Cerca del 41% de la población adulta de Sudáfrica fue inoculada contra el virus en el país que es uno de los impulsores junto a India de la iniciativa para que se suspendan temporalmente las patentes de los tratamientos que está trabada hace más de un año en la Organización Mundial del Comercio (OMC).
En la nación se administran los fármacos de Johnson & Johnson y de Pfizer/BioNtech, laboratorios que están estudiando de forma “urgente” la eficacia de la vacuna contra la variante Ómicron
“Esperamos más datos de las pruebas de laboratorio en dos semanas como máximo”, dijo un vocero de BioNtech.
“Estos datos proporcionarán más información sobre si B.1.1.529 podría ser una variante que podría requerir un ajuste de nuestra vacuna si se extiende globalmente”, añadió.
La alarma mundial también se desató en los mercados: las acciones mundiales se desplomaron y el petróleo cayó por debajo de los 80 dólares el barril.
En concreto, el precio del barril de crudo Brent, de referencia para Europa, llegó a caer hasta los 77,98 dólares, un 5,2% por debajo de los 82,25 dólares del cierre de ayer, mientras que el de West Texas Intermediate (WTI), de referencia para Estados Unidos, se abarataba más de un 6% y cotizaba en los 73,36 dólares.