Las emociones influyen en casi todo lo que una persona hace y de ahí la importancia de mantener un cuidado emocional que te puede ayudar a mantenerte saludable. Si se descuida cómo uno se siente, puede derivar en un malestar físico o psicológico.
El autocuidado emocional es un conjunto de hábitos que se llevan adelante para poder alcanzar el bienestar. Está relacionado directamente con un estilo de vida adecuado que incluye dieta balanceada, ejercicio físico, buen descanso, higiene personal, eliminar el consumo de sustancias tóxicas (como el alcohol y el tabaco), actividades de ocio, cultivar espacios de interrelación con otros y contacto con la naturaleza.
Es común que se subestime el autocuidado emocional, pero la realidad es que es fundamental en la salud y el bienestar. Mayormente, con el ritmo de vida acelerado y las multitareas de la actualidad.
Cuidarse emocionalmente conlleva beneficios como reducción los niveles de estrés, ansiedad e irritabilidad; aumento de la productividad y crecimiento personal; fortalecimiento de la autoestima; disminución en la incidencia de enfermedades y dolencias físicas; alta capacidad para la recuperación de enfermedades; cultivar una actitud positiva y mejorar el estado de ánimo, lo que ayuda a afrontar las adversidades de la vida.

Mejor con Salud brinda algunos puntos esenciales para fomentar el autocuidado emocional:
1. Acepta y expresa tus emociones
Todas las emociones son necesarias y tienen una función, incluso las displacenteras. No hay que obligarse a mantener un estado emocional todo el día. Si reprimes tus estados, entonces terminará afectándote a largo plazo.
Lo ideal es que aprendas a identificarlas, te permitas experimentarlas y las expreses bien, sin engancharte en ellas. Cuando sientas alguna emoción, ponle nombre. ¿Es ira? ¿Es tristeza? Luego reflexiona e intenta gestionarlas de la mejor manera posible, sin que te dominen.
2. Fortalece tus relaciones interpersonales
Somos seres sociales y necesitamos interactuar con otras personas para sentirnos bien. De esta manera, compartir experiencias, afectos, emociones y pensamientos con nuestros seres queridos es vital para el bienestar y el crecimiento personal.
No obstante, no toda compañía es beneficiosa. Identifica si a tu alrededor hay personas que te producen malestar y que no aportan nada a tu vida. Si es el caso, evita relacionarte con ellas.
3. Enfócate en las soluciones
Ante las adversidades solemos sentir emociones displacenteras y es normal. No obstante, no te estanques en el problema y en la queja.
Al contrario, canaliza las emociones para la búsqueda de soluciones y alternativas. Ten en cuenta que las dificultades también son oportunidades para aprender y desarrollar capacidades.
4. Acéptate y ámate como eres
Todos tenemos fortalezas y debilidades. Lo ideal es que seamos capaces de reconocer nuestros defectos y aceptarlos como parte de nosotros.
Recuerda que nadie es perfecto. No obstante, esto no implica que renuncies a trabajar en lo que está mal. Lo ideal es que siempre apuntes a ser la mejor versión de ti mismo.
5. Practica la empatía y el respeto
Todos somos diferentes. Es por ello que siempre estaremos en desacuerdo con algunas personas. Acepta esta realidad y respeta todas las divergencias que encuentres.
Esto implica no profundizar las discrepancias imponiendo tus creencias u opiniones. En su lugar, míralo como una oportunidad para aprender e integrar nuevos puntos de vista.
6. Ejecuta hábitos saludables
Un cuerpo sano contribuye a una mente saludable. Se ha comprobado que el ejercicio físico y los hábitos saludables están asociados al bienestar psicológico. Por lo tanto, aliméntate sano, ejercita tu cuerpo, descansa y evita el consumo de sustancias tóxicas.
Asimismo, dedica tiempo para realizar actividades de ocio que sean de tu agrado. Desconéctate, de vez en cuando, de las tareas y obligaciones. Esto potenciará tus niveles de energía y productividad.
7. Define y planifica tus metas
Identifica tus objetivos a corto y a largo plazo. Luego planifica cómo alcanzarlos. Es vital que organices y programes tu tiempo. Asimismo, reconoce cuáles son tus habilidades y tus límites.
También ten en cuenta que las adversidades no están exentas. Es probable que te topes con dificultades durante el camino. Cuando así sea, enfócate en las soluciones y aprende de los errores.
Las prácticas en pro del cuidado emocional no solo repercuten en nuestro bienestar, sino que influyen de manera positiva sobre los demás y nuestro entorno. Esto se debe a que aprendemos a convivir de una forma más respetuosa, solidaria y apacible con nosotros mismos y nuestros semejantes.
