Belleza y bienestar

Cómo decirle adiós a la doble papada con estos ejercicios de yoga facial


Por Carolina Winograd, experta en Yoga Facial @kaliope.glow

Si alguna vez te miraste en el espejo y notaste que tu perfil ha cambiado con el tiempo, no estás sola. La doble papada es una de las preocupaciones estéticas más comunes y, aunque muchas veces se asocia con el peso, la realidad es que puede aparecer incluso en personas delgadas. Su origen no siempre está relacionado con el exceso de grasa, sino con una combinación de factores que incluyen mala postura, debilidad muscular, colocación inadecuada de la lengua y estancamiento linfático, muchas veces causado por tensión excesiva en los músculos masticatorios.

¿Por qué se forma la doble papada?

  1. Postura y alineación de la cabeza: Pasamos largas horas mirando pantallas con el cuello adelantado, lo que no solo afecta la columna cervical, sino que también genera flacidez en la zona del mentón y acumulación de piel y líquidos bajo la mandíbula.

  2. Colocación de la lengua: La lengua debería descansar en el paladar y contribuir al soporte del rostro. Sin embargo, muchas personas la mantienen baja, lo que favorece la caída de los tejidos y la pérdida de tono en el área submentoniana.

  3. Estancamiento linfático: Una circulación linfática lenta puede generar retención de líquidos y toxinas en el cuello y la mandíbula, dando una apariencia más hinchada y pesada.

  4. Hipertonía de los músculos masticatorios: Cuando hay demasiada tensión en los músculos masticatorios, (principalmente, en maseteros y digástrico), estos pueden alterar la armonía de la zona, dificultando el drenaje y favoreciendo la acumulación de volumen en la papada.

La buena noticia es que, así como entrenamos nuestro cuerpo para mantenerlo firme, podemos fortalecer y tonificar los músculos del rostro y del cuello para redefinir la línea de la mandíbula y mejorar la apariencia de la papada. En este artículo te compartiré una serie de ejercicios de yoga facial especialmente diseñados para combatir la flacidez, reducir la retención de líquidos y activar la musculatura profunda del cuello y del mentón.

Mini Rutina

Ejercicio 1:

1. Coloca la palma de una mano sobre la clavícula (escote).

2. Aumenta la presión sobre la clavícula con la otra palma, inclina la cabeza ligeramente hacia atrás y levanta el mentón.

3. Eleva las comisuras de la boca y haz un sonido de «aaa» y mantén la boca abierta durante todo el tiempo que dure el ejercicio.

4. Eleva las mejillas y luego lleva la mandíbula y el mentón hacia adelante y hacia arriba.

6. Cierra los ojos, lleva la mirada hacia atrás y enrolla la lengua como si quisieras llevar la punta hacia la garganta. Respira profundamente.

Mantén la postura por 30 segundos. Desarmala suavemente, y repítela 2 veces más. 

Ejercicio 2

1. Sonreí, abrí la boca y hacé un sonido de “aaaa”.

2. Colocá tu labio inferior y las comisuras de los labios sobre tus dientes inferiores. Llevá el labio inferior hacia adentro manteniendo el labio superior relajado. 

3. Comenzá a elevar lentamente las mejillas y cuando no puedan subir más, comienza a empujar la mandíbula hacia afuera tanto como puedas. Siente la resistencia entre tus mejillas tirando hacia arriba y la mandíbula hacia afuera.

4. Cuando tu mandíbula no pueda avanzar más, comienza a elevarla y sostén la pose en donde sientas que los músculos están trabajando con intensidad.

5. Colocá tus dedos mayores sobre las comisuras de tus labios para agregar peso, y sostené la postura x 30’. 

6. Desarma la postura suavemente. Repetila 2 veces más. 

Ejercicio 3: Armá nuevamente la postura anterior, pero en vez de llevar los dedos mayores a las comisuras, vas a colocar tus pulgares por debajo de la mandíbula, vas a presionar suavemente, y luego vas a deslizarlos hasta llegar a las orejas. La presión debe ser de suave a moderada. 

Vas a repetir este movimiento 10 veces. 

Integrar estos ejercicios en tu rutina diaria de cuidados faciales no solo te ayudará a reducir la doble papada, sino que también mejorará la circulación, aliviará tensiones musculares y potenciará el drenaje linfático, permitiendo que tu piel luzca más firme y revitalizada.

La clave está en la constancia y en complementar esta práctica con buenos hábitos posturales y la correcta colocación de la lengua. Recuerda que el bienestar facial es el reflejo de un cuerpo en equilibrio. Por eso, ¡anímate a probar estos ejercicios y empieza a redefinir tu perfil de manera natural y efectiva!!