Grave y común patología

Cómo afecta la endometriosis a la fertilidad de las mujeres

Todos los años, la comunidad médica se reúne para hablar y concientizar sobre la endometriosis. Se trata de una enfermedad que afecta al 10% de las mujeres en edad fértil y que está estrechamente ligada a la infertilidad. Se estima que entre un 30% y un 50% de las mujeres infértiles sufren de este trastorno que ocurre cuando el tejido que normalmente recubre el interior del útero -llamado endometrio- se encuentra fuera de él. La concientización respecto a esta patología es importante, para asegurar su tratamiento.

Desgraciadamente no se ha encontrado ninguna forma de prevenir la endometriosis, pero los especialistas coinciden en que el diagnóstico precoz y el tratamiento adecuado son claves. Las formas más comunes que tienen los especialistas para diagnosticar esta enfermedad son, en primer lugar, un examen pélvico donde se palpa en busca de anomalías tales como quistes o cicatrices; una ecografía a través de la cual se podrían identificar quistes asociados a la endometriosis llamados endometriomas; resonancia magnética, que puede orientar sobre la ubicación y el tamaño de los implantes endometriales; y una laparoscopia, que permite ver el interior del abdomen, bajo anestesia general. Este último puede dar cuenta de la ubicación, la extensión y el tamaño de los implantes endometriales.

Los tratamientos, en tanto, dependerán de cada caso, y puede variar entre el uso de analgésicos, terapias hormonales, cirugías, tratamientos de fertilidad e, incluso, la extirpación de los ovarios.

“El desconocimiento que existe sobre la endometriosis es bastante grande. Yo le hago clases a alumnas de medicina de quinto año, y cuando hago la clase de endometriosis, incluso siendo del área de salud, recién ahí se dan cuenta de que tienen los síntomas sin haber sido diagnosticada la enfermedad”, cuenta el doctor Carlos Troncoso, especialista en reproducción asistida y director de IVI Santiago (Chile). Y agrega: “El problema que tiene no diagnosticar la endometriosis a tiempo, es que dejamos que esta enfermedad avance, produciendo daños que van a llevar a un cuadro clínico posterior, que puede ser dolor o infertilidad. Mientras más tiempo esté sin ser diagnosticada ni tratada, peores serán las consecuencias”.

En relación a los problemas a la hora de concebir, Troncoso explica: “Una de las principales consecuencias y complicaciones de la endometriosis es que disminuye la reserva ovárica. Sabemos que con el tiempo van quedando menos óvulos y que son de peor calidad, pero una de las patologías que más afecta esta curva es la endometriosis. Vemos cuadros bastante dramáticos de mujeres de 32 años con una reserva ovárica que equivaldría a la de una mujer de 40 años o más”.

Por otro lado, al tratarse de una enfermedad altamente inflamatoria, que produce daños estructurales pélvicos, por lo general obliga a las mujeres a buscar tratamientos de medicina reproductiva de tecnologías más complejas, como la fecundación in vitro. “Pero con tasas de éxito menores a las que tendrían con otro diagnóstico, como ovarios poliquísticos”, acota el doctor Troncoso.

La endometriosis puede afectar a las mujeres en diferentes formas, y en distintas etapas de su vida, no solo cuando está buscando concebir. “Esto puede comenzar en la pubertad y adolescencia, con dolores menstruales invalidantes que, lamentablemente, muchas veces son considerados normales y habituales, cuando no lo son”, dice el director de medicina reproductiva de Clínica Monteblanco, Ricardo Pommer.

A estos dolores menstruales que llegan a ser invalidantes se les llama dismenorrea severa. “A esta enfermedad, porque es una enfermedad, no se le diagnostica correctamente y sólo se da un tratamiento sintomático, como anticonceptivos en forma continua para no desencadenar reglas”, dice Pommer y añade: “Se quita el síntoma pero no la enfermedad, que en la adultez tendrá otras consecuencias, y falsamente la paciente se cree sanada”.

Incluso para una mujer que no quiere tener hijos, la endometriosis trae consigo problemas en la vida sexual, en cuanto implica dolores severos, conocidos como dispareunia, sobre todo en algunas posiciones. “Nuevamente, no se le da importancia, solo se recomienda evitarlas, sin diagnosticar su real origen”, dice Pommer.