Fallecida hace cinco años dejó su patrimonio, unos 800.000 euros, al Museo del Prado «para adquisición y restauración de obras». Las obras adquiridas se muestran en la exposición ‘El legado de Carmen Sánchez. La última lección’
A Carmen Sánchez García (1929-2016) le gustaba leer, viajar y el arte. Y al morir hace cinco años quiso que todos pudiéramos viajar con ella a través del arte: dejó su patrimonio, unos 800.000 euros, al Museo del Prado «para adquisición y restauración de obras». Y ahora el Prado acaba de presentar 15 cuadros que ha comprado con esa herencia.
Hasta el próximo 24 de octubre, en las salas 60 y 60 A del edificio Villanueva, el visitante del Museo Nacional del Prado podrá contemplar las obras adquiridas gracias a lo heredado y que se muestran en la exposición El legado de Carmen Sánchez. La última lección.
«Aquí se pasan días muy felices viendo cuadros maravillosos, pero también cuando se ve a españoles que quieren al museo y lo quieren tanto que dejan su legado para que el museo trate de comprar lo mejor que pueda», ha señalado el presidente del Real Patronato del Museo Nacional del Prado, Javier Solana, durante la presentación de la exposición.
Maestra, agnóstica y progresista
Nacida en una familia burguesa madrileña, en Béjar (Salamanca), dedicó toda su vida a la enseñanza en el Colegio Nervión, centro que fundó y del que sería directora durante varias décadas, además de trabajar allí como maestra, hasta jubilarse con 70 años, en 1999.
Para Solana, Carmen Sánchez fue una persona «inteligente» y «extraordinaria» que contribuyó también a «mejorar la enseñanza» en España. «Hay mucha gente buena en nuestro país y nos encanta en el Museo del Prado poder reconocerlas públicamente», ha celebrado.
Aunque lo cierto es que el museo no supo del legado de su benefactora hasta que esta falleció. Carmen era miembro de la Fundación Amigos del Museo del Prado y participó en unos 25 cursos del programa de actividades que organizó la fundación pero sin hacerse notar. Porque la maestra no era persona de halagos ni de reconocimientos. Pero sí dejaba huella. Lo hizo en todos los alumnos que pasaron por su aula.
Hija de un médico progresista, estudió en el Liceo Francés y se licenció en Historia en una época en la que no era tan habitual que las mujeres estudiaran. Progresista como su padres, se declaraba agnóstica pero sí creía en algo: en la educación. Y en el arte.
Murió en 2016 a los 86 años dejando una casa en Toledo y unos 758.646 euros al museo que tanto admiraba y se ha convertido así en una de las mecenas más destacadas de la historia del Prado.
El Prado ha adquirido 15 cuadros con la herencia
De acuerdo con el deseo expresado en el testamento de Carmen Sánchez García su legado se ha destinado a la adquisición de pinturas, efectuada entre 2017 y 2021. Además y cumpliendo sus deseos, el museo ha hecho uso de distintos modos de adquisición. Así, las obras han sido adquiridas tanto en España como en el extranjero, mediante compra directa a los propietarios o su adquisición en subasta pública.
«Se intentó cubrir el espectro cronológico o geográfico del Museo del Prado, por lo que hay pintura española pero también flamencas, francesas y un Berruguete pintado en su época italiana», ha subrayado Falomir, quien ha asegurado que la mayoría de las obras «van a permanecer siempre en el museo».
La mayoría de estas 15 obras se mantenían inéditas hasta ahora y 5 de ellas pertenecen a artistas no presentes en la colección, como Mariana de la Cueva y Barradas y Gabriel Antonio Corvoysier. Con la compra de La Alegoría de la Templanza de Alonso Berruguete, acaso la de mayor relevancia del conjunto, se incorpora al Prado uno de los artistas más brillantes del siglo XVI en España. Igualmente excepcional es el impactante Autorretrato de Pedro de Campaña, sin parangón en la pintura española del Renacimiento.
Destacan también obras de pintores españoles anteriores a Picasso como Mariano Fortuny, Eduardo Rosales y María Blanchard.
Por Elisa Albacete
Fuente: www.niusdiario.es